La financiación, un reto fundamental en la lucha contra el cambio climático

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La financiación de la lucha contra el cambio climático es una prioridad para Francia desde su presidencia de la COP21. Está llevando a cabo una labor para reorientar los flujos financieros públicos y privados hacia inversiones en favor del clima, uno de los objetivos del Acuerdo de París.

El Fondo Verde es el principal instrumento de financiación de las políticas climáticas para los países en vías de desarrollo. Es uno de los instrumentos del mecanismo financiero de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Como tal, contribuye en la financiación de los compromisos tomados en el contexto del Acuerdo de París.

Por ello, el presidente de la República Francesa, en su discurso del 23 de septiembre de 2019 en la Cumbre de Acción Climática del secretario general de las Naciones Unidas, señaló que «la prioridad inmediata es el Fondo Verde».
El papel del Fondo Verde es crucial para instaurar la confianza y movilizar a los inversores privados. Más allá de esto, la financiación para el clima a más largo plazo también debe reforzarse y clarificarse para obtener una mayor visibilidad e inversiones que tiendan hacia una economía baja en carbono.

El Fondo Verde para el Clima: 9800 MUSD recaudados

Se decidió crear el Fondo Verde para el Clima en la Conferencia de las Partes de Copenhague, en 2009, y su sede se estableció en Corea del Sur. El Fondo es operativo desde 2015. Como principal fondo multilateral dirigido a financiar la lucha contra el cambio climático en los países en desarrollo, desempeña un papel de catalizador de las medidas de mitigación y adaptación a gran escala a través de tres tipos de valor añadido:

  • el aumento del volumen financiero destinado a la lucha contra el cambio climático;
  • el desarrollo de herramientas financieras (donaciones, préstamos con condiciones, garantías, adquisición de participaciones, seguros, reparto de riesgos, mecanismos para incentivar el rendimiento, ayuda presupuestaria, etc.) mediante una amplia red de entidades de aplicación e intermediarios, también nacionales;
  • una mejor cobertura de las necesidades que actualmente estén insuficientemente cubiertas, como la adaptación de los más vulnerables.
    El Fondo Verde financia proyectos y programas con un potencial de transformación hacia economías bajas en carbono y resilientes máximo, adecuado a las necesidades de los países.

El Fondo Verde toma decisiones basándose en los siguientes criterios de inversión iniciales:

  • el impacto esperado,
  • el potencial de cambio de paradigma,
  • el potencial de desarrollo sostenible,
  • las necesidades del beneficiario,
  • la apropiación nacional,
  • la eficacia y la eficiencia.

La asignación no se predetermina por país. Sin embargo, las normas de asignación contemplan objetivos indicativos que persiguen:

  • un reparto equilibrado entre mitigación y adaptación,
  • una asignación mínima del 50 % de los recursos de adaptación para los países más vulnerables, incluidos los países menos adelantados, los Estados africanos y los pequeños Estados insulares en vías de desarrollo,
  • una asignación significativa de recursos a la facilidad del sector privado, y
  • un reparto justo y equilibrado desde el punto de vista geográfico que maximice el impacto transformador y la escala de los proyectos.

El Consejo de Administración del Fondo Verde está compuesto por el mismo número de países que proveen fondos que de países que se benefician de ellos. Francia es miembro, con un asiento. Su director ejecutivo, Yannick Glemarec, asumió el cargo en abril de 2019.

La recaudación inicial total del Fondo Verde para el periodo 2015-2019 fue de 10 300 MUSD. Francia fue el quinto país que más aportó, con una contribución de 774 MEUR.

La 21ª Junta del Fondo Verde, que se reunió en Baréin en octubre de 2018, permitió lanzar el proceso de reposición del Fondo Verde, que concluyó con la Conferencia de Reposición celebrada en Francia los días 24 y 25 de octubre de 2019.

Gracias a la movilización de Francia, 28 países aportaron 9800 MUSD en total para el periodo 2020-2023.

Las contribuciones al Fondo Verde a las que se han comprometido los proveedores de fondos superan por tanto los 9300 MUSD anunciados durante la conferencia de 2014 en Berlín, incluso cuando algunos de ellos todavía no han comunicado su compromiso.

Francia anunció que duplicaba su aportación en el G7 de Biarritz. Con una contribución de 1500 MEUR, Francia se convierte en el 2º país que más aportará al Fondo Verde para el periodo 2020-2023.

A día de hoy, el Fondo Verde para el Clima ha financiado 124 proyectos en unos cien países por un importe de 5600 MUSD.

Financiación para el clima: el compromiso de Francia

Para limitar el aumento de las temperaturas a 1,5 ºC-2 ºC de aquí a finales de siglo, Francia considera fundamental que se adopte un enfoque global e integrado del desarrollo y de la lucha contra el cambio climático que se traduzca, entre otras cosas, en una ecologización de las políticas nacionales de ayuda al desarrollo. Este enfoque, que promueve la definición y la implementación de nuevas estrategias de desarrollo sobrias en carbono y resilientes al cambio climático, exige también una mejor coordinación de los proveedores de fondos.
La decisión de adopción del Acuerdo de París reafirma el objetivo que se han marcado los países desarrollados: movilizar 100 000 MUSD anuales para el clima, de aquí a 2020, en beneficio de los países en vías de desarrollo, hasta 2025. Según el Acuerdo, se debe buscar el equilibrio entre financiación de la mitigación y financiación de la adaptación, y antes de 2025 se definirá un nuevo objetivo cuantitativo colectivo.

En este contexto, Francia se ha comprometido a que su financiación en favor del clima en los países en vías de desarrollo pase de 3000 MEUR en 2015 a 5000 MEUR en 2020, lo que incluye un aumento de la financiación de la adaptación para alcanzar los 1000 MEUR anuales (frente a la media de 400 MEUR del periodo 2010-2015). Este aumento se realizará, entre otras cosas, con el incremento de 4000 MEUR del volumen anual de préstamos concedidos por la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) y con unas donaciones para 2020 unos 400 MEUR mayores que en 2015.

En 2018, la Agencia Francesa de Desarrollo, operador del Ministerio para Europa y de Asuntos Exteriores, comprometió 4800 MEUR de financiación portadora de cobeneficios para el clima, de los que 612 MEUR se destinaron a los países menos adelantados. A pesar de que su volumen de actividad subió un 11 %, la AFD cumplió su objetivo, con un 50 % de inversión portadora de cobeneficios para el clima.

Este nivel de compromiso ha registrado una clara progresión respecto de 2015 (+65 %), ascendiendo a más de 33 800 MEUR la financiación portadora de cobeneficios para el clima aportada por el grupo AFD desde 2005. En sintonía con su estrategia para el clima, la AFD (Proparco excluido) alcanzó en 2018 el 55 % de concesiones portadoras de cobeneficios para el clima.

En 2018 se asignaron 1400 MEUR a proyectos de adaptación y 200 MEUR a préstamos para políticas públicas favorables a la adaptación: en total, 1600 MEUR en favor de la adaptación. El 55 % de ellos se asignaron a proyectos en África.

La AFD dedicará al menos 3000 MEUR al desarrollo de las energías renovables en África en el periodo 2016-2020. Este objetivo se enmarca en el compromiso de los 5000 MEUR anuales en 2020. A día de hoy, la contribución de Francia va dirigida a 46 proyectos, por un importe total de 2200 MEUR, lo que representa 1.3 GW en nuevas capacidades y la conexión de más de 2 millones de personas. Esta financiación servirá para implementar la Iniciativa Africana de Energías Renovables (IAER), que persigue dotar al continente africano con 10 GW de energías renovables de aquí a 2020 y 300 GW de aquí a 2030.

Francia y la promoción de la financiación innovadora para el clima

El presidente de la República Francesa lanzó las cumbres One Planet (One Planet Summit, OPS) en colaboración con las Naciones Unidas y el Banco Mundial con el fin de obtener financiación para luchar contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad de manera eficaz. Las OPS son innovadoras en tanto en cuanto catalizan los compromisos de múltiples actores. Estados, entidades territoriales, empresas, bancos, aseguradoras, fondos de inversión y organismos filantrópicos se alían en coaliciones por la acción climática.

En las ediciones de París (12 de diciembre de 2017, dos años después de la adopción del Acuerdo de París), Nueva York (septiembre de 2018) y Nairobi (marzo de 2019) se hicieron anuncios muy significativos.
A continuación, algunos de los resultados:

  • Doce compromisos y creación de más de treinta coaliciones que reúnen a actores del sector público y del privado en la cumbre One Planet (OPS 2017);
  • Se obtuvieron más de 40 000 MUSD en inversiones verdes durante la OPS de Nairobi para financiar las energías renovables y la adaptación al cambio climático;
  • Actores privados movilizados en el contexto del One Planet Lab en 2019: coalición de industriales del sector agroalimentario alrededor de Danone voluntariamente comprometidos con el desarrollo de la agricultura regenerativa (sin pesticidas ni OMG). También se movilizó la industria de la moda, con François-Henri Pinault (Kering), por una producción más sostenible.
  • Desarrollo de una alianza de países comprometidos y de industriales a favor de la lucha contra los HFC y el desarrollo de sistemas de climatización más sostenibles.

El último evento One Planet en paralelo de la Conferencia de Reposición del Fondo Verde de París (24 y 25 de octubre), permitió movilizar a la comunidad internacional. El evento presentó las nuevas sendas de la blended finance y el Fondo Verde obtuvo recaudó casi 10 000 MUSD, tal y como esperaba el presidente de la República Francesa.

Desde el Grupo Piloto y los distintos foros internacionales, Francia promueve desde hace varios años la financiación innovadora para el desarrollo como mecanismo de financiación complementario a las fuentes tradicionales empleadas en la ayuda al desarrollo. Ésta ya ha demostrado que funciona en el ámbito de la salud y la educación y, junto con otras fuentes, podría contribuir a alcanzar el objetivo de los 100 000 millones de dólares anuales a partir de 2020 para la lucha contra el cambio climático.

Francia insiste entre otras cosas en la tasa sobre las transacciones financieras (TTF) y los instrumentos de mercado en el transporte aéreo y marítimo internacional:

  • Una tasa sobre las transacciones financieras permitiría recaudar una cantidad considerable de recursos. La TTF francesa, adoptada el 29 de febrero de 2012, debe servir de modelo para la universalización del mecanismo. Una parte de lo recaudado por el impuesto se dedicará al Fondo Verde para el Clima. En el ámbito europeo, han avanzado las conversaciones sobre la aplicación de una TTF europea destinada a alimentar en parte el presupuesto comunitario.
  • La tarificación del carbono (tasa o sistema de cuotas) en el transporte aéreo y marítimo internacional permitiría reducir de forma eficaz a nivel mundial las emisiones que aumentan de forma significativa en estos sectores y generar unos ingresos importantes para destinarlos al clima. La última Asamblea General de la Organización de Aviación Civil Internacional acordó negociar en 2016 un sistema mundial basado en el mercado que debería entrar en vigor en 2020.

Para ampliar información:

Actualización: octubre de 2019