Seguridad alimentaria, nutrición y agricultura sostenible

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La situación del hambre en el mundo lleva agravándose desde 2014. Según el último informe sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (SOFI 2020, por sus siglas en inglés), publicado conjuntamente por la FAO, el PMA, el FIDA, UNICEF y la OMS, en 2019, prácticamente 690 millones de personas sufrían subalimentación crónica, lo que representa el 8,9 % de la población mundial, 12 millones más que en 2018 y 60 millones más que en 2014. África es la región con la prevalencia de subalimentación más elevada: en 2019 la padecía el 18,8 % de la población, en total 239,6 millones de personas. Por su parte, Asia es la región con el mayor número de personas subalimentadas: 378,7 millones.

En 2020, la cifra será aún peor debido a la crisis de las langostas del desierto en el África oriental y la pandemia mundial de COVID-19. Según los distintos escenarios de crecimiento que se consideran, los efectos a largo plazo de la crisis relacionada con la pandemia de COVID-19 podrían provocar que entre 83 y 132 millones de personas más caigan en la hambruna en 2020.

Seguridad alimentaria y nutricional: definición

Francia comparte la definición recomendada por el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial en septiembre de 2012: «Existe seguridad alimentaria y nutricional cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico, social y económico a alimentos inocuos, cuyo consumo es suficiente en términos de cantidad y calidad para satisfacer sus necesidades y preferencias alimentarias, y se sustenta en un marco de saneamiento, servicios sanitarios y cuidados adecuados que les permiten llevar una vida activa y sana».
Francia identifica cuatro pilares en esta definición:

  • acceso físico, social y económico a la alimentación,
  • disponibilidad de los alimentos,
  • calidad sanitaria y nutritiva de los productos,
  • regularidad del acceso, la disponibilidad y la calidad.

La malnutrición también es un problema grave que persiste. Hay tres principales formas de malnutrición: la desnutrición (crónica o aguda), las carencias en micronutrientes y la obesidad. En 2019, la malnutrición crónica afectaba a 144 millones de niños menores de 5 años en todo el mundo, lo que representa el 21,3 % del total. La obesidad también se ha convertido en un desafío capital, al afectar a 675,7 millones de adultos en todo el mundo.
A la luz de estas cifras, que van en aumento, hay un riesgo real de que no se alcance el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 2 que persigue acabar con el hambre de aquí a 2030.

Multiplicidad de los retos

Estos últimos años, el informe SOFI se ha centrado más concretamente en la relación entre inseguridad alimentaria, conflictos (SOFI 2017), cambio climático (SOFI 2018) y ralentización del crecimiento (SOFI 2018). En 2020, se concentra en analizar los costes ocultos que los regímenes alimentarios suponen para la salud pública y el cambio climático, costes que, de mantenerse en el mundo los hábitos de consumo alimentario actuales, ascenderían respectivamente a 1,3 y 1,7 billones de dólares anuales en 2030.

El informe SOFI 2020 también destaca el incremento de la desigualdad entre mujeres y hombres frente a la inseguridad alimentaria entre 2018 y 2019.
La situación descrita por el SOFI reviste gravedad: la exposición a episodios meteorológicos extremos más complejos, más frecuentes y más intensos podría erosionar los avances logrados con la lucha contra el hambre y la malnutrición. Además, el cambio climático tiene un impacto negativo en la nutrición de la población vulnerable: baja la calidad de los nutrientes y la diversidad de los alimentos, tiene efectos sobre el agua y el saneamiento y conlleva riesgos sanitarios, entre otras cosas.

Por otra parte, se observa una conexión bidireccional entre inseguridad alimentaria y conflictos; por una parte, la inestabilidad y los conflictos crean o agravan la inseguridad alimentaria y, por otra parte, la inseguridad alimentaria y el aumento de los precios de los productos agrícolas pueden desencadenar o agravar situaciones de conflicto o inestabilidad. Actualmente, seis de cada diez personas azotadas por el hambre viven en países atizados por algún conflicto.
Por último, conviene tener en cuenta la importancia del sector agrícola en los países del sur: en el Sahel, por ejemplo, el 80 % de la población es rural y el sector genera el 66 % de los puestos de trabajo. Los efectos derivados del crecimiento de la agricultura, en comparación con el de otros sectores, son de dos a cuatro veces más eficaces a la hora de incrementar los ingresos de la población más desfavorecida. A escala del continente africano, se calcula que las pérdidas económicas relacionadas con la malnutrición representan el 11 % del PIB.

Acción de Francia

La nueva estrategia internacional de Francia para la seguridad alimentaria, la nutrición y la agricultura sostenible para el periodo 2019-2024 es el fruto de una labor de concertación con los agentes franceses relacionados con esta temática y define el marco de referencia para las instituciones francesas que trabajan en el sector del desarrollo. La estrategia se marca cinco objetivos principales:

  • Refuerzo de la gobernanza mundial de la seguridad alimentaria y la nutrición. Francia desea impulsar una mejora de la eficiencia de las instancias de gobernanza en el ámbito de la seguridad alimentaria y la nutrición, en particular definiendo una visión clara y compartida de los objetivos y los medios de actuación en dichos ámbitos y fomentando una mejor armonización y una mejor coordinación de las instancias y los proveedores de fondos.
  • Desarrollo de sistemas agrícolas y alimentarios sostenibles. Frente a las consecuencias del cambio climático y la pérdida de biodiversidad, resultará crucial desarrollar y promover la transición hacia sistemas agrícolas y alimentarios sostenibles desde un punto de vista económico, social y medioambiental, que respondan a los desafíos que plantea el cambio climático para garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición de la población.
  • Refuerzo de la acción de Francia respecto de la nutrición. Francia promueve un enfoque multisectorial para actuar de forma integrada sobre los distintos factores responsables de la desnutrición. Persigue tener un impacto significativo y duradero sobre la desnutrición.
  • Apoyo a la estructuración de sectores agroalimentarios sostenibles para favorecer la creación de empleos dignos en el medio rural, en especial para los jóvenes. El sector agrícola y rural suele coincidir con el centro de la actividad socioeconómica de los países en desarrollo y representar una importante fuente de empleo que resulta oportuno apoyar. La inclusión de la agricultura familiar en dichos sectores es una cuestión clave.
  • Intensificación de la asistencia alimentaria a la población vulnerable y de la resiliencia de la misma frente a las causas de la inseguridad alimentaria, tanto en contextos de emergencia como en contextos de inseguridad alimentaria crónica.

La contribución del mundo de la investigación en el ámbito agrícola y rural también será crucial para ayudar en las profundas transformaciones que exigen los Objetivos de Desarrollo Sostenible, frente al doble desafío que suponen el crecimiento demográfico y el cambio climático.

Francia trabaja estrechamente con socios nacionales e internacionales

Francia toma parte muy activa en el funcionamiento del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) y da apoyo a la Secretaría del Movimiento para el Fomento de la Nutrición (SUN). Colabora estrechamente con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimenos (PMA) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).

A escala francesa, el Ministerio para Europa y de Asuntos Exteriores se apoya particularmente en un grupo de trabajo, el Grupo Interministerial de Seguridad Alimentaria francés (GISA). Éste reúne a todos los agentes franceses (ministerios, Agencia Francesa de Desarrollo, centros de investigación, organizaciones no gubernamentales, profesionales de la agricultura y fundaciones). Lo copresiden el Ministerio para Europa y de Asuntos Exteriores y el Ministerio de Agricultura y Alimentación.

Consultar la Estrategia Internacional para la Seguridad Alimentaria, la Nutrición y la Agricultura Sostenible de Francia para el periodo 2019-2024 (en francés)