El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático en 6 preguntas

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El consenso científico es claro en cuanto al origen humano del cambio climático, cuyos efectos para la vida en la Tierra ya son visibles y lo serán aún más en un futuro cercano. En este contexto, Francia apoya las observaciones realizadas por la ciencia del clima, en particular aquellas destacadas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), órgano que Francia respalda política y financieramente.

¿Qué es el IPCC?

El IPCC, Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, fue creado en 1988 por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Desde hace 35 años, evalúa el estado de los conocimientos sobre la evolución del clima, sus causas y también las posibilidades de adaptación y de mitigación de sus efectos. Este organismo intergubernamental reúne a 195 Estados miembros y brinda a los Gobiernos una evaluación de los trabajos científicos en el ámbito del clima, en particular en tres áreas fundamentales:

  • los mecanismos físicos del cambio climático,
  • las consecuencias del cambio climático y las medidas de adaptación posibles,
  • las medidas y perspectivas de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

La gobernanza del IPCC es asumida colectivamente por los Estados miembros, que validan sus informes unánimemente durante reuniones plenarias anuales o bienales.

¿Cuál es el papel del IPCC?

El IPCC no es un laboratorio ni una estructura que patrocina sus propios trabajos. No tiene como fin llevar a cabo investigaciones, utilizar modelos o efectuar mediciones del clima o de los fenómenos meteorológicos. Su objetivo es evaluar la documentación científica, técnica y socioeconómica sobre el cambio climático, sus repercusiones y los riesgos futuros, así como las soluciones posibles en materia de mitigación y adaptación. Los equipos de autores evalúan de manera crítica los elementos que incorporan en sus informes, independientemente de su fuente.

La IPCC es, así, un espacio de conocimiento colectivo que tiene como objetivo sintetizar los trabajos llevados a cabo en los laboratorios de todo el mundo. A modo de ejemplo, 270 autores provenientes de 67 países (13 de los cuales son franceses o trabajan en Francia) colaboraron en la redacción del Sexto Informe de Evaluación.

¿Por qué los informes del IPCC constituyen una referencia?

Desde su creación, el IPCC ha publicado seis informes de síntesis en los cuales los expertos evalúan, imparcial y metódicamente, la información sobre el cambio climático. Dicha información es sintetizada a partir de las investigaciones o estudios efectuados por científicos, expertos u organismos y publicados en revistas científicas. Sobre esta base, el IPCC trabaja para reconocer aquellos elementos que son objeto de un consenso por parte de la comunidad científica y para identificar los límites en los conocimientos o la interpretación de los resultados.

Además, los informes del IPCC no realizan recomendaciones de índole política. En este sentido, los expertos utilizan constantemente la misma frase: el contenido de los informes debe ser «policy relevant, but not policy prescriptive», es decir, «políticamente pertinente, pero no prescriptivo».

¿Cuál es el vínculo con las negociaciones sobre el clima?

Los informes del IPCC constituyen la principal fuente científica sobre la cual se basan las negociaciones climáticas. Permiten, además, evaluar los esfuerzos realizados por la comunidad internacional en la lucha contra el cambio climático.

El Sexto Informe de Evaluación del IPCC fue publicado en 2023, a tiempo para la realización del primer balance mundial previsto por la CMNUCC. Servirá igualmente de base científica para el primer balance de la implementación del Acuerdo de París. A más largo plazo, el IPCC ha comenzado a estudiar la posibilidad de alinear el conjunto de sus informes de evaluación con el fin de proveer información para la realización de los balances mundiales —previstos por el Acuerdo de París—, que tienen lugar cada cinco años.

¿Qué disciplinas científicas contribuyen a la comprensión del cambio climático?

Diversos expertos, provenientes de muchas disciplinas científicas, trabajan en el estudio del cambio climático y sus efectos:

  • los modeladores, que simulan una evolución futura del clima, como, en Francia, el Laboratorio de Meteorología Dinámica del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS);
  • los astrónomos, puesto que la actividad del Sol y las variaciones en la órbita de la Tierra influyen en el clima de nuestro planeta (por ejemplo, en Francia, los astrónomos del Observatorio Midi-Pyrénées);
  • los astrofísicos;
  • los aerólogos, que estudian la composición de la atmósfera y su funcionamiento general;
  • los oceanógrafos;
  • los biogeoquímicos, que estudian los grandes ciclos de los elementos, como los franceses del Laboratorio de Estudios en Geofísica y Oceanografía Espaciales (LEGOS);
  • los glaciólogos, que analizan la composición de hielos antiguos, como el Laboratorio de Glaciología de Grenoble.

Hay también hidrólogos, biólogos, agrónomos, geólogos, etc.

¿Francia apoya la labor del IPCC?

Francia apoya la labor del IPCC e insta a todos los países a hacerlo también. Este excepcional emprendimiento, la aventura de cooperación científica más importante de nuestros tiempos, tiene un costo ínfimo: si todos los Estados contribuyesen, dicho costo sería de 35 000 euros anuales por Estado. Francia ha asumido su responsabilidad y ha decidido llevar su contribución al IPCC a 1 millón de euros anuales hasta 2022 y, en 2023, a 600 000 euros, como complemento del apoyo renovado que ha prestado, en 2023, a la Unidad de Apoyo Técnico (Paris-Saclay) para el séptimo ciclo.

En los últimos años, el IPCC ha publicado tres informes especiales que han marcado los debates contemporáneos: el Informe especial del IPCC sobre los impactos del calentamiento global de 1,5 ºC (octubre de 2018), el Informe especial sobre el cambio climático y la tierra (agosto de 2019) y sobre los océanos y la criósfera en un clima cambiante (septiembre de 2019).

¿Cuáles son las conclusiones del IPCC?

El aumento de la temperatura media mundial es evidente: la temperatura de la década 2001-2010 fue 0,21 °C superior a la temperatura de la década precedente. Según la Organización Meteorológica Mundial, 2023 podría ser, en promedio, el año más caluroso jamás registrado en el planeta desde que se realizan mediciones termométricas. Si el ritmo actual de las emisiones continúa, el presupuesto de carbono restante se agotará en esta década y alcanzaremos el aumento de 1,5 °C de la temperatura media mundial entre 2030 y 2050.

Sin embargo, el IPCC señala que todavía es posible contener el aumento de la temperatura a 1,5 °C para finales de siglo con la condición expresa de disminuir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero en un 43 % para 2030 —en comparación los niveles de 2019— y de lograr la neutralidad de carbono (esto es, un equilibrio a nivel mundial entre emisión y absorción de CO₂) en 2050. El informe de 2018 ya mostraba que disponemos de la tecnología y las condiciones necesarias para lograr este ambicioso objetivo.

El calentamiento acelerado, generado por el aumento de la concentración de los gases de efecto invernadero en la atmósfera, intensifica varios fenómenos peligrosos para nuestra vida actual y nuestro futuro. Los desafíos son numerosos:

  • amenazas para las zonas de hielo de nuestro planeta (la criósfera), causadas por el aumento global de la temperatura. El derretimiento de los hielos, en particular de los glaciares y del Ártico, conlleva una aceleración del aumento del nivel del mar, que podría alcanzar entre 29 y 110 centímetros en promedio para 2100 en comparación con el período de referencia (1986-2005);
  • aumento de la frecuencia y la intensidad de ciertos huracanes;
  • degradación de los suelos y desertificación. Por encima de los 2 °C, el calentamiento global causaría una importante reducción del rendimiento y de la producción agrícola mundial, en particular en las zonas más vulnerables del planeta, como el África Subsahariana y el Sudeste Asiático, intensificando aún más la inseguridad alimentaria en estas regiones;
  • proliferación de ciertos gérmenes, fenómeno que se ve favorecido por precipitaciones abundantes y estaciones secas más largas. Ya en 1990 el IPCC observaba que el cambio climático podría tener consecuencias de envergadura para la salud humana;
  • colapso total de la biodiversidad, del cual el calentamiento global es una de cinco principales causas identificadas.

La crisis de la COVID-19 demostró la necesidad de emprender una acción climática y medioambiental preventiva. La dinámica de propagación de la epidemia ha demostrado nuestra interdependencia y nuestras vulnerabilidades comunes. Esta crisis constituye un alegato en favor del refuerzo de una acción climática multilateral basada en la ciencia.

Actualización: noviembre de 2023