COP27: una conferencia de las partes que se pone bajo el deber de la solidaridad internacional

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COP27 : una conferencia de las partes que se pone bajo el deber de la solidaridad internacional

La COP27 se celebra en Egipto del 6 al 18 de noviembre de 2022. Aunque el propósito de la COP26 de Glasgow era desarrollar las aspiraciones mundiales en este terreno, sobre todo en lo que respecta a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, el informe de síntesis de las Naciones Unidas subraya que los compromisos asumidos por los Estados siguen sin ser suficientes. Por lo tanto, la COP27 debe centrarse en avanzar en esas aspiraciones y en la forma de aplicarlas, con el fin de mantener la posibilidad de limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Dado que esta COP tiene lugar en África, debería ser también de solidaridad y cooperación entre países desarrollados y en desarrollo.

Acelerar los esfuerzos mundiales para combatir el cambio climático

Las conclusiones de los volúmenes I a III del sexto informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) indican que el calentamiento de la temperatura media mundial es evidente, que se está acelerando y que los fenómenos de calentamiento ya observados se deben casi por completo a las actividades humanas. Este rápido calentamiento multiplica las amenazas para la prosperidad y la seguridad internacionales. El IPCC considera que la subida del nivel del mar, el aumento de la intensidad y la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, la disminución del rendimiento agrícola y la proliferación de patógenos son consecuencias directas del cambio climático. Sin embargo, el IPCC subraya que queda una oportunidad limitada en el tiempo para limitar el calentamiento a 1,5 °C, siempre que los países reduzcan rápida y significativamente sus emisiones para 2030 y logran la neutralidad en carbono para mediados de siglo.

Con el fin de acelerar los esfuerzos globales de reducción de emisiones, Francia y la Unión Europea piden que en la COP27 se establezca un sólido programa de trabajo de mitigación. Francia y la UE se han comprometido a alcanzar la neutralidad climática en 2050 y han presentado planes de reducción de emisiones coherentes con este compromiso.

¿Qué es una COP?

Durante la Cumbre de Río de 1992, 154 Estados reconocieron la existencia de un cambio climático originado por el hombre y decidieron aunar esfuerzos para poner límite al calentamiento global. Así nació la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y su órgano de toma de decisiones, la Conferencia de las Partes (COP).

Cada año se celebra una COP con todas las «Partes en la Convención» en Bonn, sede de la Secretaría, o en alguno de los países de los cinco grupos regionales de la ONU por los que va rotando. Cada COP permite examinar la aplicación de la Convención, concretar la implementación de las decisiones y negociar compromisos nuevos con objetivos comunes o individuales. Las decisiones se toman por consenso.

La acción de la Unión Europea a favor de la transición energética

La Unión Europea ha adoptado las medidas más concretas, operativas y vinculantes. El Consejo Europeo de diciembre de 2020 se comprometió a reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero de la UE en al menos un 55 % para 2030 con respecto a 1990. De esta forma, se pretende alcanzar para 2050 el objetivo de neutralidad climática aprobado por el Consejo Europeo en diciembre de 2019.

El primer semestre de 2022 ha sido testigo de la puesta en marcha de varios elementos del Pacto Verde Europeo (« Green Deal ») , incluidos los principales textos del llamado paquete legislativo «Objetivo 55» (« Fit for 55 »), que persigue ajustar los objetivos de reducción al 55 %, con el fin de aplicar las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) de la Unión Europea. Bajo la Presidencia checa de la UE se han iniciado los diálogos tripartitos dirigidos a alcanzar un acuerdo político sobre los textos lo antes posible, de modo que el nuevo marco climático europeo pueda aplicarse a partir de 2023.

La crisis energética agravada por la guerra en Ucrania condujo a la adopción del plan REPowerEU, cuyo objetivo es reforzar la independencia energética de la Unión Europea y acelerar su programa de transición energética.

Francia en la vanguardia de la diplomacia climática

Además, Francia participa en todos los ámbitos de la diplomacia climática y apoya las coaliciones de múltiples partes interesadas (Estados, autoridades locales, sociedad civil, sector privado), como la Alianza Solar Internacional, la Coalición de Alta Ambición por la Naturaleza y las Personas o la Alianza para la Preservación de los Bosques Tropicales. Las cumbres «One Planet», puestas en marcha por iniciativa del Presidente de la República Francesa en 2017, se han convertido en un foro de compromiso financiero de los Estados, las autoridades locales, las organizaciones internacionales, pero también de las empresas, los bancos privados y las compañías de seguros. En la COP27, Francia defiende sus coaliciones de financiadores privados y públicos a favor del clima y la biodiversidad, en nombre de la preservación de nuestro planeta único.

Francia pone su diplomacia al servicio de sus socios más expuestos a los efectos del cambio climático, especialmente en África.. La financiación internacional de la lucha contra el cambio climático es un tema clave en la COP27. Las economías avanzadas son responsables de la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero del pasado y tienen la responsabilidad de mostrar su solidaridad con los países en desarrollo. La financiación de la lucha contra el cambio climático para los países en desarrollo, de manos de los países desarrollados, permite cooperar para que todos los países puedan adquirir las tecnologías y prácticas más eficaces para reducir sus emisiones y adaptarse al cambio climático. Por ejemplo, Francia es uno de los principales contribuyentes a la Asociación para una Transición Energética Justa celebrada con Sudáfrica al margen de la COP26. Esta asociación permitirá a Sudáfrica descarbonizar su economía a cambio de la ayuda financiera y técnica de varios países. Se está debatiendo la posibilidad de reproducir este tipo de asociación con otros países.

¿Qué hace Francia por la financiación de la lucha contra el cambio climático?

La Unión Europea y sus Estados miembros son los principales proveedores de financiación climática. Por su parte, Francia se ha comprometido a aumentar su financiación pública para la lucha contra el cambio climático en las economías en desarrollo de 3 000 millones de euros en 2015 a 5 000 millones en 2020. Este objetivo se había cumplido y superado ya en 2019. Desde entonces, Francia ha aumentado y ampliado su compromiso asumido en la COP21 hasta los 6 000 millones de euros anuales entre 2021 y 2025, un tercio de los cuales se destinan a la adaptación al cambio climático. Francia mantiene sus compromisos: en 2021, ha aportado 6 100 millones de euros, de los cuales 2 200 millones se destinan a la adaptación.

Además, en un contexto en el que los países en desarrollo reclaman un refuerzo de los mecanismos de respuesta a las catástrofes naturales, Francia apoya el llamamiento del secretario general de la ONU para generalizar los sistemas de alerta temprana en todos los países del mundo: Francia ha anunciado la duplicación de su contribución a la iniciativa de Riesgo Climático y Sistemas de Alerta Temprana (CREWS) para alcanzar los 8 millones de euros anuales. Esta iniciativa, lanzada por Francia en la COP21, ya ha movilizado 100 millones de dólares para crear sistemas de alerta temprana en países vulnerables.

La Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), institución dependiente del Ministerio para Europa y de Asuntos Exteriores, gestiona una gran parte de la financiación climática de Francia, ajustándose a las necesidades de los países más vulnerables. Es el primer banco de desarrollo que está totalmente alineado con el Acuerdo de París, ya que ha dejado de financiar cualquier proyecto que vaya en contra de la acción climática.

El compromiso de Francia se refleja también en su importante contribución a los fondos multilaterales de financiación de la lucha contra el cambio climático. Así, nuestro país es uno de los mayores contribuyentes al Fondo Verde para el Clima, el principal mecanismo financiero del Acuerdo de París, y al Fondo para el Medio Ambiente Mundial. Los fondos franceses se destinan a proyectos concretos en distintos países, como la financiación de centrales solares, la modernización de las redes eléctricas, la construcción de transportes públicos limpios o la mejora del suministro de agua. También se destinan a la conservación de los bosques y al despliegue de sistemas de alerta temprana ante riesgo de catástrofes.

Más allá de la financiación aportada por los países desarrollados a los países en desarrollo, la alineación de las políticas públicas con los objetivos del Acuerdo de París debe permitir orientar todos los flujos financieros, tanto públicos como privados, hacia la consecución de los objetivos de limitar el calentamiento global y aumentar la resiliencia.

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