Francia e Italia

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Relaciones políticas y visitas

Los contactos políticos bilaterales, sobre las crisis internacionales, sobre asuntos europeos y sobre cuestiones económicas y culturales son muy frecuentes. Matteo Renzi realizó su primera visita a un país europeo como Presidente del Consejo a Francia, donde se reunió con el Presidente de la República Francesa el 15 de marzo de 2014. Desde entonces, los contactos han sido muy numerosos, sobre todo antes de la celebración de los Consejos Europeos y en paralelo a los mismos. Se celebran cumbres bilaterales anuales desde 1982: la última, la 33ª, se celebró el 8 de marzo de 2016 en Venecia.

Cuando era Presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano, realizó una visita de Estado a Francia en noviembre de 2012 que supuso una oportunidad para homenajear el recorrido ejemplar de este europeísta convencido que ha presidido Italia con gran autoridad moral y política. Su sucesor, Sergio Mattarella, fue recibido en París por el Presidente de la República el 30 de marzo de 2015.

Además, los gobiernos de ambos países han desarrollado una cooperación estructurada mediante la creación de distintos grupos de trabajo (sobre cuestiones industriales, migratorias, etc.). Las reuniones anuales entre los secretarios generales de los ministerios de Asuntos Exteriores de ambos países permiten hacer balance y fijar las orientaciones de las acciones emprendidas en este marco. La última reunión entre secretarios generales se celebró en París, antes de la 32ª cumbre bilateral, el 10 de febrero de 2015.

Ambos países tienen una concertación estrecha en el marco del G20/G7. Italia, núcleo de la ONU para el sector de la agricultura, desempeña un papel activo en la promoción de la regulación del precio de las materias primas agrícolas. Comparte las grandes prioridades francesas, sobre todo en cuestión de regulación financiera y de refuerzo de la eficiencia del sistema institucional mundial. Roma sigue muy apegada al carácter informal del G20 y a que se mantenga el papel clave del G7.

Relaciones económicas

Francia e Italia son, tanto para la una como para la otra, el 2º socio comercial (con 67.000 M€ de intercambios en 2014). Italia es el primer mercado para las ventas de productos agroalimentarios franceses y constituye una de las salidas privilegiadas para las exportaciones francesas de equipos mecánicos (15,6 %) y de productos químicos (14,4 %). La inversión extranjera directa (IED) en Italia procede en gran parte de Francia (alrededor de una quinta parte del stock).

Con una balanza comercial bilateral de -5.500 M€ en 2015, Italia supone el 6º mayor déficit comercial de Francia. La balanza comercial bilateral francesa está desequilibrada en algunos sectores clave, como la maquinaria industrial y el textil. La cuota de mercado de los productos franceses en Italia confirma sin embargo su tendencia a estabilizarse, situándose en el 8,6 %, después de una década de retroceso. Francia es el primer inversor en Italia (sin contar Luxemburgo y Países Bajos, que son plataformas de inversión extranjera), con un stock de inversión que representa una quinta parte de la inversión extranjera en Italia (42.000 M€). Italia es el 5º inversor en Francia, detrás de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Suiza. En total, unas 1.300 filiales de empresas italianas están instaladas en Francia, dando empleo a unas 80.000 personas.

Los grupos franceses están presentes en Italia tanto en la gran distribución (1.600 empresas y 200.000 empleos) como en los sectores energético y bancario. En lo relativo a la industria, Francia está bien posicionada en bienes de equipo y en bienes intermedios. El sector energético concentra cerca del 10 % de la inversión francesa. Los servicios representan casi tres cuartas partes de los stocks de IED francesa en Italia, de los cuales casi el 30 % corresponden a seguros y banca. En lo relativo a grandes contratos, la colaboración en materia nuclear entre Francia e Italia se ha quedado reducida a su mínima expresión tras el referéndum que se celebró en Italia en junio de 2011 por el cual se confirmó la paralización total de la reactivación del programa nuclear civil italiano.

De forma general, son los sectores de alto contenido tecnológico los que representan a día de hoy las oportunidades de asociación más interesantes. En estos sectores, en los que Italia tiene un saber hacer desarrollado y reconocido mundialmente, el país busca socios internacionales (industria aeroespacial, de componentes del automóvil, química, mecánica, telecomunicaciones e informática, industria farmacéutica y biotecnológica).

Cooperación cultural, científica y técnica

Las relaciones culturales franco-italianas son antiguas y densas. Italia sigue siendo un socio cultural destacado de Francia con una presencia continua, caracterizada por la organización de grandes temporadas en distintos ámbitos artísticos (cine, danza, teatro, música…). La actuación de Francia se basa en instituciones prestigiosas como la Villa Medici y la Escuela Francesa de Roma y el Centro Jean Bérard en Nápoles. Las redes de enseñanza incluyen cinco centros: tres liceos (liceo Chateaubriand en Roma) y dos institutos. A ellos se suman casi 30 Alianzas Francesas. Los «rendez-vous del Palacio Farnesio», organizados desde 2005 en forma de coloquios en la Embajada de Francia, cuentan con una audiencia importante e ilustran la fuerza del debate de ideas entre Francia e Italia.

El francés es el segundo idioma más estudiado en Italia después del inglés, aunque la reforma italiana de la educación, en vigor desde 2010, ha hecho que la enseñanza de una segunda lengua extranjera en el instituto sea optativa. En 2009 se firmó un acuerdo relativo a la doble obtención del baccalauréat y del Esame di Stato, llamado ESABAC. Este acuerdo ha permitido valorizar con éxito una formación bilingüe y bicultural. El dispositivo afectó a 279 liceos y 12.000 alumnos italianos en 2015. En el ámbito universitario, en 1998 se creó una Universidad Franco-Italiana (UFI) para promover los intercambios de profesores y estudiantes, favorecer iniciativas de interés común en materia de formación e investigación y facilitar el acceso a los programas comunitarios e internacionales de las acciones de cooperación franco-italianas.

La cooperación espacial está organizada según lo establecido en un acuerdo intergubernamental de cooperación (2007). Este ha sido completado por declaraciones sobre la preferencia europea de los lanzadores (compromiso de Italia de emplear lanzadores europeos «en la medida de lo posible» y en función de los precios del proveedor) y sobre el programa GMES (apoyo conjunto al programa de satélites destinado a recolectar datos relativos a la seguridad medioambiental).

Cooperación transfronteriza

Las relaciones transfronterizas entre Francia e Italia están dominadas por cuestiones de infraestructuras y de transportes, que se enmarcan a menudo en programas cofinanciados por la Unión Europea. Existen varios grandes proyectos de cooperación transfronteriza destacados de la relación bilateral. Cabe señalar el túnel del Mont-Blanc, paso principal de los Alpes que une desde 1965 Chamonix-Mont-Blanc (departamento de Alta Saboya) a Courmayeur (en el Valle de Aosta) o el túnel de Fréjus, de unos 13 kilómetros, entre Modane (Francia) y Bardonecchia (Italia). El proyecto de línea de ferrocarril entre Lyon y Turín, iniciado en 1996, es actualmente el proyecto más destacado entre Francia e Italia, con objetivos muy ambiciosos, tanto en el ámbito de la relación bilateral (desaparición de la barrera de los Alpes) como en el europeo (desarrollo del corredor sur). Los desafíos medioambientales (transferencia modal) y las repercusiones económicas (empleo, impuestos, peajes) explican la gran movilización política en torno a esta línea de ferrocarril, cuya puesta en servicio está prevista para 2028.

Actualización: 07/04/2016

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