El llamamiento a la ambición climática de Francia y Brasil, de París a Belém y también más allá (29 de marzo de 2024)

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1. Los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Emmanuel Macron, reunidos en Belém, el 26 de marzo de 2024, se comprometieron a trabajar juntos, en un marco bilateral y multilateral, para lograr que la acción contra el cambio climático sea considerada una prioridad estratégica.

2. Los presidentes destacaron la importancia de un multilateralismo eficaz, renovado e inclusivo, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, en particular para hacer frente a las múltiples crisis sociales y medioambientales actuales.
3. Los presidentes comparten la opinión de que la aplicación efectiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y del Acuerdo de París exige que actuemos decididamente en esta década para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C con respecto a los niveles preindustriales.

4. Los presidentes se comprometieron a acelerar los esfuerzos en esta década crucial, sobre la base de la mejor información científica disponible y la equidad, tomando en consideración las responsabilidades comunes pero diferenciadas y las capacidades respectivas, a la luz de las diferentes circunstancias nacionales, y en el contexto del desarrollo sostenible y de los esfuerzos por erradicar la pobreza.

5. Los presidentes celebraron el «consenso de Emiratos Árabes Unidos» y la conclusión del primer balance mundial del Acuerdo de París, realizado en el 28.o período de sesiones de la Conferencia de las Partes en la CMNUCC (COP28), en el que se ha reiterado la urgencia de responder a la crisis climática para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C. Expresaron su preocupación por las carencias en la ejecución, señaladas en el balance mundial, de la mitigación, la adaptación y los medios de aplicación y exhortaron a las Partes en el Acuerdo de París a reforzar la ambición colectiva de las medidas adoptadas y del apoyo prestado, en particular mediante el aumento de la ambición de sus contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) a partir de 2024.

6. Los presidentes celebraron el acuerdo obtenido en la COP28 con respecto al abandono progresivo de los combustibles fósiles. Recordando que cerca de la mitad de sus combinaciones energéticas no producen emisiones de carbono, se comprometieron a intensificar aún más sus esfuerzos en lo que respecta a la transición energética de cada uno de sus países hacia la neutralidad en carbono (cero emisiones netas) para 2050 y a apoyar iniciativas multilaterales, plurilaterales y bilaterales que respondan, de manera efectiva y con la mayor celeridad, al «consenso de Emiratos Árabes Unidos».

7. El presidente Macron ha renovado su apoyo a la presidencia de Brasil de la COP30, que coincidirá con el 33.er aniversario de la adopción de la CMNUCC y el 10.o aniversario del Acuerdo de París, y en la cual las Partes presentarán sus nuevas CDN. En este sentido, los presidentes exhortaron a todos los países a iniciar, desde ahora, el trabajo de revisión de sus CDN, con miras a una publicación 9 a 12 meses antes de la realización de la COP30, que tendrá lugar en noviembre de 2025 en Belém.

8. Los presidentes también recordaron que en la COP28 se alentó a las partes a presentar CDN alineadas con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C, con metas ambiciosas de reducción de las emisiones para el conjunto de la economía (que incluyan a todos los gases de efecto invernadero, sectores y categorías).

9. Los presidentes renovaron su apoyo a la «troika» de presidencias de la COP28, COP29 y COP30 por su papel orientativo en lo que respecta a la Hoja de Ruta para la Misión 1,5, con el objetivo de mejorar significativamente la cooperación internacional y crear, en el mundo, un entorno favorable, por un lado, al refuerzo de la acción climática en esta década de importancia crítica y, por otro, a la limitación del aumento de la temperatura a 1,5 °C con respecto a los niveles preindustriales.

10. Brasil y Francia están comprometidos en la lucha contra la deforestación y reconocen la importancia de la protección de la Amazonia y de otros biomas. En este marco, los presidentes expresaron su compromiso en favor de la conservación, la restauración y la gestión sostenible de los bosques tropicales del planeta y acordaron trabajar en un programa ambicioso, incluso mediante una hoja de ruta franco-brasileña sobre la bioeconomía y la protección de los bosques tropicales, en particular con el objetivo de desarrollar instrumentos financieros innovadores, mecanismos de mercado y de pago por servicios ambientales que apoyen la movilización de recursos, a una escala adecuada, para superar el desafío de acabar con la deforestación de aquí a 2030.

11. Los presidentes reafirmaron su compromiso de aplicar, de forma efectiva, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en sus tres dimensiones —económica, social y medioambiental—, de manera equilibrada e integrada, incluida la urgencia de erradicar la pobreza, y de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La Agenda 2030 continúa siendo la brújula que todos los países deben seguir para lograr un futuro que no deje a nadie atrás.

12. Los presidentes destacaron el carácter central de la ciencia y la educación y de los instrumentos de acceso a la tecnología, así como de su desarrollo y transferencia, en el marco de la lucha contra el cambio climático. Acordaron, así, promover un gran acercamiento, en torno a estos temas, entre científicos, docentes y estudiantes de los dos países, inclusive mediante proyectos de investigación, intercambios y becas conjuntas. Acordaron, asimismo, iniciar un diálogo sobre la formación y el empleo, para lograr su alineación con la necesidad de un desarrollo sostenible.

13. Los presidentes reafirmaron la importancia de un diálogo más estrecho entre científicos y responsables políticos, incluso teniendo en cuenta los trabajos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Comparten una misma voluntad de apoyar acciones de educación medioambiental y de difusión de los trabajos del IPCC, en particular entre los niños y adolescentes, los pueblos indígenas y los pueblos y comunidades tradicionales.

14. Los presidentes reconocieron la importancia de promover una climatología y una ciencia del desarrollo sostenible inclusivas, en las que participen más científicos de países en desarrollo, que incorporen los aspectos de género, los saberes tradicionales y los conocimientos de los pueblos indígenas y de los pueblos y comunidades tradicionales.

15. Los presidentes recordaron que la decisión de la COP28 sobre el balance mundial reconoce el desfase cada vez mayor entre las necesidades de las Partes que son países en desarrollo y el apoyo que se presta y moviliza para ayudarlas a realizar sus CDN.

16. Los presidentes reafirmaron su compromiso con vistas a la COP29, que tendrá lugar en 2024, en la cual deberá adoptarse un nuevo objetivo colectivo cuantificado (NOCC) de al menos 100 000 millones de dólares estadounidenses por año, que tome en cuenta las necesidades y prioridades de los países en desarrollo antes de 2025. Se comprometieron, en este sentido, a trabajar para lograr un resultado ambicioso en las negociaciones relativas al NOCC.

17. Brasil y Francia están decididos a trabajar bilateralmente, y junto a sus socios, para concebir un nuevo marco de gobernanza de la arquitectura financiera internacional, con el objetivo de financiar, más eficazmente, la lucha contra la pobreza y la protección del planeta, dos condiciones esenciales para una transición ecológica justa. Este cambio, que es el eje del Pacto de París por los Pueblos y el Planeta, debe permitir la movilización de recursos financieros públicos y privados a una escala y una velocidad sin precedentes, así como la reforma de instituciones financieras internacionales.

18. Los presidentes destacaron la necesidad urgente de una transformación fundamental y de una modernización de la arquitectura financiera internacional, que incluya una reforma de los bancos multilaterales de desarrollo y de las instituciones financieras internacionales para adaptarlas a la finalidad de apoyar el desarrollo sostenible, la transformación ecológica y la realización justa y equitativa de las transiciones. Recordaron la necesidad de trabajar en los desafíos que implica la movilización de fondos públicos y privados, de reducir drásticamente el coste del capital en los países en desarrollo (considerando el espacio fiscal limitado de estos países) y de examinar la cuestión de la aversión al riesgo de inversión en los países en desarrollo y de la mejora del acceso a los fondos multilaterales.

19. Los presidentes reconocieron la centralidad de la planificación ambiental para responder de forma efectiva a las crisis climática y ambiental. Reconocieron sus respectivas políticas de transformación ecológica y, en este contexto, se comprometieron a promover el intercambio de buenas prácticas en lo que respecta a los instrumentos de planificación eficaces en la adaptación al cambio climático, la lucha contra él y la promoción del desarrollo sostenible.

20. Con el fin de hacer realidad la aspiración de conferir un lugar central, en esta asociación estratégica, a la acción contra el cambio climático, los presidentes se comprometieron a establecer una cooperación que incluya un calendario de visitas y un diálogo técnico y de alto nivel con vistas, aunque no únicamente, a la COP30 de Belém. A partir de 2024, Francia y Brasil, basándose en este diálogo, movilizarán a sus socios para lograr el objetivo de aumentar la ambición de los compromisos de todos los países de aquí a la celebración de la COP30.

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