América Latina
Francia y América Latina : una larga amistad fundada en una cultura y una historia compartidas
Durante las tres últimas décadas, América Latina ha experimentado profundos cambios políticos y económicos. Tras la década de las democratizaciones, la de los años ochenta, llegaron las grandes reformas económicas, las privatizaciones, la apertura a la inversión extranjera y a la competencia mundial.
Una larga amistad basada en una cultura y una historia compartidas
Durante las tres últimas décadas, América Latina ha experimentado profundos cambios políticos y económicos. Tras la década de las democratizaciones, la de los años ochenta, llegaron las grandes reformas económicas, las privatizaciones, la apertura a la inversión extranjera y a la competencia mundial.
Los desafíos a los que se enfrentan actualmente las sociedades latinoamericanas siguen siendo considerables: lograr que el desarrollo de modelos de gobernanza originales dé lugar a un verdadero contrato social; imponer el Estado de derecho frente a las derivas que se ciernen sobre él y la violencia que a veces lo socava; aportar una respuesta a los retos globales que plantean el clima, el medioambiente o la salud, que sea acorde con los recursos y las debilidades de la región. Conocidos por la confianza que tienen en el futuro, los pueblos de Latinoamérica pueden contar con el apoyo de Francia, en nombre de la historia que los une, plasmada en la densidad de la red diplomática y cultural francesa.
Fuerte arraigo del pensamiento francés en América Latina
La matriz europea, base de parte de la identidad demográfica, cultural y política de América Latina, está fuertemente impregnada de los ideales de la Revolución francesa y el movimiento de reflexión y emancipación que despertó entre los libertadores, de Simón Bolívar a Francisco de Miranda y José Martí. La historia de los procesos de independencia de las colonias españolas tiene que ver con ella: el ideal de emancipación también fue vehiculado por franceses que combatieron junto a los libertadores en los confines del mundo, como los exgenerales de Napoleón que se unieron al ejército de los Andes. De hecho, el nombre de Napoleón resuena todavía en toda América Latina como una fuente de inspiración profunda que ha dejado su huella en los sistemas jurídicos e institucionales de las jóvenes naciones latinoamericanas.
Intensificación de las relaciones durante el siglo XX
Tras librar unidas una misma lucha por la libertad en el siglo XIX, Francia y América Latina estrecharon lazos el siglo siguiente, en particular gracias al importante auge de los intercambios intelectuales, culturales y artísticos. Desde hace mucho tiempo, Francia presenta un indudable atractivo para las élites de América Latina, que tiene su equivalente en la inmensa curiosidad de los intelectuales, sabios y científicos que recorrieron Latinoamérica durante los siglos XVIII y XIX fundando escuelas, facultades e institutos que aún hoy llevan su nombre.
Para muchas grandes figuras del mundo cultural latinoamericano, como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa o Fernando Botero, París ha sido un lugar de paso obligado y un crisol de enriquecimiento mutuo. En el ámbito de las ciencias humanas y sociales, Fernand Braudel y Claude Lévi-Strauss, por ejemplo, se empeñaron en tejer los sólidos lazos académicos que existen entre Francia y Brasil. En la actualidad, Alain Touraine o Edgar Morin son considerados miembros de la familia latinoamericana y, a través de sus escuelas, siguen creando vínculos con los universitarios de América Latina.
La época de las dictaduras
Los sucesivos golpes de Estado orquestados por militares que se fueron produciendo ya en los años cincuenta condujeron a muchos latinoamericanos al exilio político. Al igual que otros países europeos, Francia fue para ellos una tierra de acogida. La comunidad chilena, hasta entonces minoritaria, comenzó a engrosarse hasta convertirse en la más importante en los años ochenta, seguida de las comunidades brasileña y argentina.
Los inmigrantes del Cono Sur contaron inmediatamente con una gran visibilidad en el espacio público francés. La movilización del mundo asociativo, institucional, académico y político facilitó su integración. La solidaridad del pueblo francés con los pueblos latinoamericanos trascendió las divisiones políticas en Francia en nombre de los valores humanistas y de solidaridad, como demuestra la firme condena de Francia al endurecimiento político que se estaba produciendo en América Latina. Tras la instalación de regímenes autoritarios, Francia se retiró temporalmente de la región, sin menoscabar por ello las sólidas redes de amistad con los que fueron exiliados, que perduran hoy con sus hijos, que en gran parte se han criado en Francia.
Cercanía política y económica
La influencia cultural de Francia en América Latina permitió establecer enseguida un diálogo político fructífero, pilar central de la cooperación de Francia con los países latinoamericanos, que se entabló hace mucho tiempo. La gran gira regional del General de Gaulle en 1964, instando a «estrechar las relaciones entre América Latina y Francia para contribuir al progreso, el equilibrio y la paz mundial», sigue anclada en la memoria.
La relación entre Francia y América Latina también es antigua en lo que se refiere al ámbito económico y comercial, como demuestran, por ejemplo, las inversiones industriales de principios del siglo XX en Brasil. La crisis de la deuda de los años ochenta conllevó un cierto repliegue de las empresas francesas en la región, pero desde los años noventa los flujos de inversión directa, al igual que los intercambios con los distintos países del continente, experimentaron un auge considerable.
Recursos franceses multiformes en América Latina
Aunque no existe un pasado colonial francés ni se instalaron grandes comunidades de emigrantes en América Latina, se puede hablar de una excepción latinoamericana caracterizada por una francofilia y una francofonía muy vivas, pese a que la mayoría de los Estados ha renunciado a la obligatoriedad del aprendizaje del francés en la enseñanza. América Latina apoyó en bloque la adopción de la Convención sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales en la UNESCO.
Amplia presencia diplomática, consular y cultural
Son 24 embajadas bilaterales y una representación permanente ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) las que contribuyen actualmente a alimentar las relaciones políticas con los Estados de América Latina y del Caribe. Una red consular acompaña a los cerca de 100 000 franceses expatriados en la región.
La región latinoamericana cuenta con la mayor y más antigua red de Alianzas Francesas: 140 000 alumnos aprenden francés en 250 Alianzas Francesas. Esta red cultural se ve reforzada por la presencia de 6 Institutos Franceses en América Latina y el Caribe y dos Maisons de France (Casas de Francia). Allá donde estén, los 36 centros escolares franceses, repartidos por casi todos los países de la región, son considerados centros de excelencia. Al abrirse totalmente a los nacionales del país, se han convertido en auténticos viveros de biculturalismo.
Nutridas relaciones humanas en el ámbito universitario y de la investigación
Esta presencia francesa directamente en contacto con la sociedad alimenta una cooperación universitaria y científica densa y dinámica que forma un pilar fundamental de las relaciones de Francia con Latinoamérica y el Caribe. Francia es el 3er país que más estudiantes latinoamericanos recibe (21 000 en 2017, +15 % en 5 años) y un socio científico de primer orden en la región (5300 publicaciones conjuntas en 2017, +25 % en 5 años).
Se ha entablado un diálogo con muchos países de la región en forma de foros universitarios y científicos bilaterales, diálogo que ha permitido que surjan vías prioritarias: cambio climático, energía, big data, agronomía, salud, ciencias del mar y ciencias humanas y sociales.
Para acompañar la dinámica de intercambio y favorecer la movilidad, se han firmado unos diez convenios de reconocimiento mutuo de diplomas, títulos y periodos de estudios con América Latina. La asociación con los centros de educación superior y de investigación de los países latinoamericanos es la piedra angular de la intervención de Francia, que participa en la formación de cada vez más estudiantes. La dinámica la apoyan unos cincuenta espacios Campus France que se encargan de promover la educación superior francesa en la región. Estos intercambios alimentan un vivero de jóvenes formados en Francia que la red «France Alumni» (23 000 latinoamericanos inscritos) realza ante las empresas francesas presentes en la región.
La cooperación universitaria se estructura también en torno a programas bilaterales de formación de ingenieros (FITEC), de agrónomos (AGRI) y de técnicos superiores (PROTEC), dando respuesta a las necesidades crecientes de las empresas de la región. Se tiende a desarrollar programas pilotos de formación colocalizada, así como títulaciones dobles (hay cerca de 400). Por otra parte, se desarrollan nuevas áreas de cooperación en el ámbito de la auditoría, en especial para evaluar y acreditar centros de la región. El hecho de que se implanten oficinas de representación de universidades francesas en Latinoamérica también ilustra un acercamiento significativo, de la misma manera que las iniciativas de sus homólogos para implantarse en Francia.
En el ámbito científico, Francia es un socio de primer orden en América Latina gracias a la cooperación que llevan a cabo los grandes organismos de investigación franceses. Los equipos mixtos de investigación desarrollados por el CNRS, el IRD y el CIRAD estructuran asociaciones sólidas en investigación y formación. El Institut Pasteur de Montevideo es un centro de formación e investigación médica de excelencia que brilla en la región. Por otra parte, nuestra cooperación científica se apoya en programas bilaterales de formación e investigación (ECOS, COFECUB, PHC), que permiten dar apoyo cada año a 300 proyectos de excelencia (2500 proyectos desde el lanzamiento de los programas).
En el ámbito de las ciencias humanas y sociales, nuestra cooperación científica reposa en dos institutos de investigación en el extranjero (IFRE MEAE/CNRS): el Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA) y el Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos (CEMCA). Por su parte, el Instituto de las Américas dispone de 7 centros internacionales en Latinoamérica. Hay más centros de formación y de intercambio científico que enriquecen la cooperación: el Centro Franco-Argentino de Altos Estudios en ciencias humanas y sociales (CFA) y el nuevo Centro Franco-Chileno de Altos Estudios, abierto a todas las disciplinas científicas.
En el ámbito regional, Francia respalda varios dispositivos de apoyo al establecimiento de redes de equipos en torno a proyectos de formación (PREFALC) y de investigación (STIC y MATH AMSUD).
Un diálogo político particularmente denso
El presidente Emmanuel Macron ha recibido a los presidentes de Guatemala, el Perú, Colombia (junio de 2017), México (julio de 2017), Haití (diciembre de 2017) y la Argentina (enero de 2018). El ministro Jean-Yves Le Drian ha recibido a sus homólogos de Colombia (junio de 2017), Brasil (agosto de 2017), Venezuela (septiembre de 2017), la Argentina (abril de 2018), México (abril de 2018) y Cuba (mayo de 2018).
El presidente François Hollande realizó varios viajes a la región y recibió en París a varios de sus homólogos latinoamericanos durante su mandato. Viajó a Brasil (diciembre de 2013), México con ocasión de una visita de Estado (abril de 2014), Cuba y Haití (mayo de 2015), la Argentina, Uruguay y el Perú (febrero de 2016), Chile y Colombia (enero de 2017). Recibió en París a los presidentes de Brasil (diciembre de 2012), Venezuela (junio de 2013) y Ecuador (noviembre de 2013), a la presidenta de la Argentina (marzo de 2014), al presidente de Colombia (noviembre de 2014 y enero de 2015) y al presidente de la Argentina (julio de 2016).
En el ámbito cultural, varios eventos ponen de relieve el lugar fundamental que ocupan América Latina y el Caribe para Francia. En 2014, Argentina fue el invitado de honor del Salón del Libro. En 2015, el invitado de honor del Salón volvió a ser un país de América Latina: Brasil. En 2014, dos grandes museos parisinos, el Grand Palais y el Quai Branly, destacaron el arte maya y el arte haitiano contemporáneo. En 2016-2017, el Grand Palais también organizó una exposición sobre México (1900-1950), mientras que la Filarmónica de París, por su parte, organizó la exposición Jamaica Jamaica ! Estas exposiciones registraron un gran éxito entre el público. El Año Francia-Colombia en 2017, inaugurado en Bogotá por el ministro Jean-Marc Ayrault en diciembre de 2016, fue otra cita de gran envergadura, con sus más de 350 proyectos oficiales en las principales ciudades de ambos países.
Francia también coopera estrechamente con América Latina en los foros internacionales, donde fomentan el multilateralismo, los derechos humanos y la estabilidad regional e internacional. Francia tiene presencia en las organizaciones multilaterales regionales latinoamericanas. Por ejemplo, es miembro observador de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y, desde 2013, de la Alianza del Pacífico. También es observador extrarregional del Sistema de Integración Centroamericano (SICA) desde 2012.
Consciente de que América Latina desea ir intensificando su proyección internacional, Francia aboga por la ampliación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la incorporación de Brasil como miembro permanente. Francia también apoya las candidaturas de adhesión de la Argentina, Brasil, el Perú y Costa Rica a la OCDE.
Intercambios económicos y comerciales aún modestos, pero muy dinámicos
Los intercambios comerciales con América Latina, que representan cerca del 5 % del total para Francia, están en constante aumento.
En 2016, el 3,1 % de las exportaciones francesas de mercancías estaba dirigido a América Latina y el Caribe, principalmente en los sectores de la aeronáutica civil, la automoción, la farmacia, la perfumería, la maquinaria y la química.
Nuestras importaciones procedentes de Latinoamérica cubren principalmente los productos agrícolas y agroalimentarios, metales y productos minerales.
Francia figura entre los principales inversores extranjeros en muchos países de la región: todas sus grandes empresas están presentes en América Latina, en el campo de las infraestructuras, de la energía y de la defensa. En Brasil, Francia ocupa el 4º puesto entre los países inversores, con 32 000 millones de dólares de stocks de inversión extranjera directa (IED). Una vez más, Francia da prioridad a una lógica de alianzas, en particular, creando con frecuencia joint-ventures. En Colombia y Brasil, Francia es el principal empleador extranjero y se posiciona tradicionalmente entre los 6 primeros inversores.
La Semana de América Latina y del Caribe
Para celebrar y reforzar las relaciones en todos estos campos, en consonancia con una iniciativa adoptada por el Senado, las más altas autoridades del Estado (presidente de la República, presidente del Senado, miembros del Gobierno) se implican en la celebración de la Semana de América Latina y del Caribe, cuya quinta edición se celebró del 27 de mayo al 10 de junio de 2018.
Un contexto geopolítico que evoluciona
Actualmente, la mayoría de los países de América Latina ha entrado en una dinámica política y económica positiva y duradera. El pragmatismo se ha impuesto al voluntarismo ideológico en materia de políticas económicas. Con una tasa de urbanización del 80 % en 2016, América Latina es la región en desarrollo más urbanizada del mundo.
Desde el comienzo de los años 2000, la democracia latinoamericana ha experimentado profundas transformaciones con cada elección presidencial.
La renovación sustancial de las élites políticas es una nueva realidad que ha devuelto el interés por la política a ciertas capas de población que antes estaban marginadas. También permitió que mujeres, líderes sindicales, mestizos, representantes de pueblos indígenas y otros representantes de categorías de población que en el pasado no tenían cabida en el mundo político, trasladaran a lo más alto del Estado las reivindicaciones de poblaciones que han sufrido una marginalización durante largo tiempo.
En ese contexto, se produjo un cambio en las agendas políticas. Al liberarse de antiguas influencias, los países de la región se orientaron hacia una mayor apertura al entorno internacional y la globalización. A este respecto, cabe citar el ejemplo de Chile, cofundador de UNITAID y del Grupo Piloto de Financiamiento Innovador, y también de México, la Argentina y Brasil; este último, también cofundador de UNITAID, se presentó como notable espina dorsal de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), de cuyo mando estuvo a cargo.
En el ámbito económico, esta apertura se traduce en la instalación duradera de nuevos actores.
En Latinoamérica se están instalando nuevos actores, atraídos por un continente rico en recursos naturales (energéticos y mineros), el dinamismo del mercado de consumo latinoamericano, bases globalmente sanas y una exitosa transición económica. La penetración asiática, en particular de China e India, refleja la intensificación de la competencia en los intercambios comerciales a escala mundial. Esta competencia, garantía de oportunidades comerciales y nuevas posibilidades de exportación para las economías locales, también puede conllevar riesgos nuevos, como la desindustrialización y la «reprimarización», a lo que se añade la tentación de caer en el «dumping social» para favorecer la competitividad de los precios.
Francia, una potencia europea y americana
A través de sus entidades territoriales de América, Francia, «potencia europea», también es una «potencia americana». Su política de cooperación con la región se enmarca en esta «doble pertenencia».
Apoyo al multilateralismo mundial… y regional
Junto con España, Francia desempeña un papel activo en el proceso de acercamiento entre la Unión Europea y América Latina. En estos momentos en que los equilibrios mundiales se están redefiniendo, Francia desea que América Latina y la Unión Europea aúnen sus esfuerzos para hacer frente a los grandes desafíos que plantea la globalización. Convencida de la necesidad de reforzar la gobernanza mundial a través de la integración regional, Francia observa con interés las experiencias latinoamericanas de unidad regional, en las que a veces participa. A pesar del debilitamiento de la CAN y de las dificultades de MERCOSUR, Francia celebra la creación de la Alianza del Pacífico y el acercamiento iniciado con MERCOSUR. Las negociaciones que se están llevando a cabo para alcanzar un acuerdo de asociación con MERCOSUR y la modernización del Acuerdo de Asociación con Chile dan fe del acercamiento con la Unión Europea, que cuenta con el apoyo de Francia.
Puesto que coincide con ella en numerosos temas, como son el multilateralismo, la diversidad cultural, la lucha contra la pobreza, la protección del medioambiente o la lucha contra el crimen organizado, el narcotráfico y la corrupción, que socava las administraciones y las élites, Francia anima a América Latina a convertirse en un polo de estabilidad y crecimiento capaz de alzar enérgicamente la voz en las organizaciones internacionales. La presidencia argentina del G20 de 2018 es un ejemplo de primer orden. Francia participa ejerciendo la copresidencia del grupo de trabajo sobre anticorrupción.
Apoyo al diálogo entre Europa y América Latina
Francia abordó las Cumbres UE-CELAC de enero de 2013 y de los días 10 y 11 de junio de 2015 partiendo de esta base. Sin embargo, la siguiente cumbre UE-CELAC, que tenía que celebrarse en octubre de 2017 en El Salvador, se pospuso. En julio de 2018 se celebrará una reunión ministerial en Bruselas.
Francia también otorga una gran importancia a la participación de la sociedad civil en el diálogo de la Unión Europea con América Latina y el Caribe. Por ejemplo, el Instituto de las Américas es uno de los socios estratégicos de la Fundación EU-LAC, creada en 2010, cuyo objetivo es dinamizar las relaciones birregionales e intensificar los «intercambios intelectuales sobre las dinámicas de integración regional en el contexto de la globalización».
Dada la diversidad de situaciones en la región de América Latina y el Caribe, la Unión Europea también ha desarrollado asociaciones estratégicas a escala de las subregiones, así como con algunos países.
La Unión Europea es el principal donante de ayuda al desarrollo en favor de América Latina. La región recibió 2600 millones de euros en el periodo 2007-2013. En noviembre de 2014, la Unión Europea anunció la adopción de su programa de cooperación regional a favor de América Latina para el periodo 2014-2020, cuyo importe se elevará a unos 8000 millones de euros, un 45 % más que en el periodo 2007-2013. Bolivia (281 M€) y Paraguay (168 M€) son los principales países beneficiarios.
Los ejes privilegiados de la cooperación de Francia con Latinoamérica: desarrollo sostenible y cohesión social.
• Desarrollo sostenible. En América Latina, Francia es muy activa en el ámbito del medioambiente. Existen muchos acuerdos de asociación, por ejemplo en el campo de la gestión del agua. El programa europeo EUROCLIMA, de inspiración francesa, permitirá financiar acciones de investigación y de transferencia de experiencia en la lucha contra el cambio climático en favor de los países latinoamericanos.
La contribución total de la Unión Europea a este proyecto se elevó a 5 millones de euros para la primera fase (2010-2013) y a 11,5 millones de euros para la segunda (2014-2016).
Los días 4 y 5 de diciembre de 2014, en el marco de la cumbre de las Naciones Unidas sobre el cambio climático celebrada en Lima (COP20), se presentaron los resultados del programa EUROCLIMA y las nuevas orientaciones de la colaboración entre la UE y América Latina en el campo del cambio climático.
• La lucha contra la pobreza, las desigualdades y la exclusión, que no sólo amenazan con hipotecar la estabilidad política de la región, sino también sus perspectivas de crecimiento. Pese a resultados macroeconómicos impresionantes, sigue habiendo una gran concentración de la riqueza en América Latina. Aunque la violencia política está en declive en todos los países, paralelamente surgen expresiones de violencia heterogéneas.
Francia hace un esfuerzo singular por Haití, país con el que tiene un vínculo histórico particular, al haber sido una colonia y al ser Francia vecina con sus departamentos americanos. El apoyo de Francia a Haití se enmarca tanto en el plano europeo y multilateral, como en el ámbito bilateral. Por ejemplo, Francia aportó en 2012 una ayuda alimentaria de 2,5 millones de euros.
La lucha contra la delincuencia organizada también es una prioridad de la cooperación birregional. El PAcCTO, Programa de Asistencia Contra el Crimen Transnacional Organizado en América Latina, lanzado en abril de 2018 por un periodo de cinco años, completa la actividad de los servicios de seguridad interior de las Embajadas. Con un presupuesto de 19 millones de euros, lo implementan conjuntamente Expertise France y la FIIAPP y persigue reforzar la cooperación policial y judicial en Latinoamérica para luchar con mayor eficacia contra el crimen organizado y modernizar el funcionamiento de los sistemas penitenciarios para hacerlos más eficientes y respetuosos de los derechos humanos.
Por último, en el contexto particular de la aplicación de los acuerdos de paz firmados en Colombia, en diciembre de 2016 la Unión Europea decidió crear un fondo fiduciario de 95 millones de euros destinado a financiar proyectos relacionados con el posconflicto y el desarrollo rural.
Actualización: 24/05/2018