Francia y la OSCE

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Los orígenes de la OSCE se remontan a la época de distensión a principios de la década de 1970, cuando se estableció la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa (CSCE) como foro multilateral para el diálogo y la negociación entre el Este y el Oeste de Europa.

El Acta Final de Helsinki, que se firmó el 1 de agosto de 1975, delimita el perímetro de actuación de la OSCE. En él se establecieron diez principios fundamentales que rigen las relaciones entre los Estados participantes, como la abstención de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza y la intangibilidad de las fronteras resultantes de la Segunda Guerra Mundial, que siguen siendo dos piedras angulares de la seguridad europea.

La firma de la Carta de París para una Nueva Europa en diciembre de 1990 posibilitó la institucionalización de la CSCE, que se convirtió en la OSCE tras la cumbre de Budapest de diciembre de 1994.

Esta organización con base en Viena sigue siendo la única que actúa en materia de seguridad cooperativa inclusiva euroatlántica y euroasiática, marco de un diálogo político permanente entre sus Estados participantes, que son 57 desde 2012.

La OSCE está compuesta por la Secretaría General y tres instituciones autónomas: la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (OIDDH), el Alto Comisionado para las Minorías Nacionales (ACMN) y el Representante para la Libertad de los Medios de Comunicación (RFoM), que se nombran cada tres años.

La OSCE ha creado un concepto único, el de la seguridad multidimensional, clásicamente dividida en tres «dimensiones»:
1/ dimensión político-militar
2/ dimensión económica y medioambiental
3/ dimensión humana

La presidencia de la organización la ejerce durante un año un Estado participante después de que los 57 Estados miembros aprueben su candidatura por consenso. Albania la asume en 2020 y los siguientes serán Suecia y Polonia.

Funciones de la OSCE

Instrumento de diplomacia preventiva gracias:
• al diálogo político permanente que mantiene en Viena;
• a la actuación de la presidencia de turno;
• a una labor de mediación (por ejemplo, respecto del conflicto en Nagorno-Karabaj con el Grupo de Minsk y su copresidencia, de la que Francia forma parte, el conflicto de Transnistria o la crisis en Ucrania);
• al papel del Alto Comisionado para las Minorías Nacionales;
• a las 15 operaciones sobre el terreno en Europa sudoriental, Europa oriental y en Asia central.

Foro de reflexión sobre la seguridad en Europa con, por una parte, el Foro de Cooperación en Materia de Seguridad (FCS), que reúne a todas las delegaciones para tratar las medidas de cooperación y seguridad propias a la OSCE y, por otra, el Diálogo Estructurado desde 2016, marco informal de reuniones periódicas de alto nivel dirigidas a reforzar el diálogo entre Estados.

La OSCE desarrolla un enfoque multidimensional, con las tres dimensiones de la seguridad, y cooperativo, puesto que la condición de los 57 Estados es la misma y las decisiones se toman por consenso.

Hace una década que la lucha contra las amenazas transnacionales ha cobrado gran importancia; fue una de las prioridades de la Cumbre de Astaná de 2010.Se han producido importantes cambios que han convertido a la organización en un actor regional importante: creación del puesto de coordinador de la actividad relativa a las amenazas transnacionales en la Secretaría General y adopción de varias decisiones referentes al refuerzo de la cooperación policial, la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo o la trata de seres humanos, en particular colaborando con los socios mediterráneos y asiáticos de la OSCE.

Las tres dimensiones de la OSCE

Dimensión político-militar

En el ámbito político-militar, la labor se lleva a cabo en cuatro foros:

  • en la Comisión Consultiva de Cielos Abiertos (CCCA) del Tratado de Cielos Abiertos (TCA);
  • en el Grupo Consultivo Conjunto (GCC) del Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE);
  • en el Foro de Cooperación en Materia de Seguridad (FCS); y
  • en el Comité de Seguridad relativo a las amenazas transnacionales.

En ellos se realiza la siguiente labor: :

  • elaboración de Medidas para el Fortalecimiento de la Confianza y la Seguridad (MFCS) mediante el Documento de Viena, revisado en 2011;
  • prosecución de la implementación del TCA;
  • implementación del Código de conducta sobre los aspectos político-militares de la seguridad;
  • implementación de documentos específicos sobre armas pequeñas y armas ligeras (APAL) (EMC) y munición convencional;
  • apoyo a la universalización de la Convención de Ottawa sobre las Minas Antipersonal y a la no proliferación (implementación de la resolución 1540 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas).

Dimensión económica y medioambiental

Las actividades relativas a la dimensión económica y medioambiental dependen de la Oficina del Coordinador de las Actividades Económicas y Medioambientales. Pueden citarse:

• las medidas de confianza económica;
• la consideración del impacto económico de la trata de seres humanos;
• la gestión de residuos tóxicos y radioactivos;
• la implementación de proyectos de gestión de cuencas hidrográficas a escala regional.

Dimensión humana

La dimensión humana abarca los compromisos de los Estados participantes y las actividades relativas:

• a los derechos humanos y las libertades fundamentales;
• al Estado de derecho y la democracia;
• a la libertad de los medios de comunicación;
• a la lucha contra la intolerancia y la discriminación.

Los Estados participantes se han comprometido a convocar elecciones democráticas y a invitar a la OIDDH a observar los comicios nacionales.
Las actividades relacionadas con la dimensión humana de la organización las realizan principalmente instituciones autónomas, la OIDDH, el ACMN y el RFoM, y también cada una de las operaciones sobre el terreno de la OSCE, conforme a su mandato.

En la dimensión humana, la OSCE también dispone de mecanismos que permiten responder a graves violaciones de los compromisos de la OSCE en materia de derechos humanos. Francia ha participado recientemente en la invocación del Mecanismo de Moscú a raíz de la vulneración de los derechos humanos en Chechenia (2018) y la crisis poselectoral y la represión en Bielorrusia (2020).

Operaciones

Las operaciones sobre el terreno abarcan las tres dimensiones de la organización. Se despliegan en las siguientes regiones:

Europa sudoriental

Hay seis operaciones sobre el terreno de la OSCE en Europa sudoriental (Bosnia y Herzegovina, Croacia, Kosovo, Montenegro, Serbia y Antigua República Yugoslava de Macedonia) y su papel resulta fundamental en:

• la democratización de la región;
• la protección de los derechos humanos;
• el refuerzo de las instituciones democráticas;
• el desarrollo de los medios de comunicación y el refuerzo del pluralismo.

Si no se tiene en cuenta la Misión Especial de Observación en Ucrania, la misión en Kosovo es la mayor operación sobre el terreno de la OSCE.

Europa oriental

La actividad de la organización se centra en Ucrania y en Moldavia sobre las cuestiones de apoyo a la reforma electoral, la promoción del Estado de derecho y la resolución de conflictos.

Desde marzo de 2014, la Misión Especial de Observación en Ucrania está desplegada por todo el país, incluido el Donbás, para ayudar a resolver el conflicto en el este de Ucrania.

Cáucaso

La presencia sobre el terreno de la OSCE en Bakú y en Ereván desapareció en 2015 y 2017 respectivamente.

La organización sigue presente en la región a través de la Oficina del Representante Personal del Presidente en Ejercicio (PR CiO) para el conflicto de Nagorno-Karabaj, encargado de observar la línea de contacto y la frontera entre los dos países y ayudar a la presidencia en ejercicio y a los copresidentes del Grupo de Minsk.

Francia forma parte de la copresidencia del Grupo de Minsk de la OSCE, único formato aceptado por las partes para alcanzar una solución pacífica y duradera al conflicto. Ejerce su mandato junto con Estados Unidos y la Federación de Rusia.

Asia central

Los Estados participantes de Asia central (Turkmenistán, Kazajistán, Kirguistán, Uzbekistán y Tayikistán) acogen a la organización in situ para llevar a cabo sus reformas políticas y económicas. Tanto el tamaño como la actividad de varias de sus misiones se han reducido recientemente a petición de los países anfitriones, en particular en la dimensión humana.

Presencia de Francia y de la Unión Europea en la OSCE

En la OSCE, la Unión Europea tiene una sola voz. Los países que la componen no adoptan posturas nacionales más que excepcionalmente. Los Estados miembros de la Unión Europea definen posiciones comunes antes de cada reunión. La actuación de Francia es indisociable de la de los demás Estados miembros y las prioridades de la Unión Europea.

Las prioridades francesas y europeas son:

  • la resolución pacífica del conflicto en Ucrania;
  • la seguridad y estabilidad en el sureste de Europa;
  • el desarrollo de una estrategia en Asia central en torno a la implementación del Estado de derecho y la mejora de la gestión de las fronteras para intentar responder a las amenazas que acechan a la región: delincuencia organizada, narcotráfico y terrorismo;
  • la resolución de los conflictos duraderos, en particular en el Cáucaso Meridional (Osetia del Sur y Abjasia en Georgia, Nagorno-Karabaj en Azerbaiyán) y en Moldavia (Transnistria);
  • el respeto de sus compromisos por parte de todos los Estados participantes, incluidos aquellos relativos a los derechos humanos y las libertades fundamentales, y el apoyo a las instituciones de la OSCE (OIDDH, ACMN y RFoM) para contribuir a ello;
  • la adaptación de los instrumentos de confianza y de control de armamentos a la realidad militar actual, en particular el Documento de Viena y el Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE).

Contribución económica de Francia a la OSCE

La UE representa el 60 % del presupuesto de la OSCE.

En 2020, del presupuesto global de unos 140 millones de euros en concepto de contribuciones obligatorias a la organización, Francia aportó más de 14 millones de euros. Francia es uno de los países que más aporta a la OSCE.

Por otra parte, Francia financia proyectos mediante contribuciones voluntarias nacionales para llevar a cabo acciones concretas sobre el terreno y en apoyo a las instituciones autónomas.

Por ejemplo, para el establecimiento de la Misión Especial de Observación en Ucrania se solicitaron cada año aportaciones complementarias desde 2014. El presupuesto total de la misión ascendía a casi 110 millones de euros en 2020, de los cuales Francia aportó 9.

Más información:

Mise à jour : diciembre de 2020