La contribución de Francia a las áreas protegidas

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¿Por qué son importantes las áreas protegidas?

Son necesarias para la conservación de la biodiversidad: las especies amenazadas están mejor protegidas en los parques que en cualquier otro lugar.

Son indispensables para el desarrollo sostenible: las áreas protegidas proporcionan agua potable a más de un tercio de las 100 mayores ciudades del mundo, acumulan la misma cantidad de carbono que los bosques húmedos tropicales y proporcionan empleo y medios de subsistencia a millones de personas en todo el mundo.

La conservación de los espacios naturales y de las especies salvajes es hoy una dimensión necesaria de las políticas de desarrollo sostenible y de los programas de inversión, para la protección de la propia biodiversidad, para la lucha contra el cambio climático y sus efectos y para un desarrollo sostenible, inclusivo y solidario.

¿Cuáles son los objetivos?

Los 194 Estados parte del Convenio sobre la Diversidad Biológica se han comprometido a conservar, de aquí a 2020, el 17 % de las zonas terrestres y el 10 % de las zonas marinas y costeras.

En 2014, las alrededor de 209.000 áreas protegidas cubrían cerca de 30 millones de km2, lo que equivale al 15,4 % de la superficie terrestre y al 3,4 % de los océanos del planeta. Son muchas las formas que abarcan las áreas protegidas: parques nacionales, reservas marinas, reservas integrales, áreas conservadas por comunidades o por el sector privado.

¿Cuáles son las amenazas actuales?

  • un aumento importante de las necesidades de la población que aumenta la presión alrededor de las áreas, y a veces dentro de estas;
  • espacios protegidos presionados por intereses económicos importantes (industria extractiva, por ejemplo);
  • una demanda globalizada creciente a la que se suman tráficos internacionales difícilmente controlables, como el tráfico de marfil o de cuernos de rinoceronte, que amenazan estas especies a corto plazo;
  • una disminución de los espacios naturales disponibles para unir los parques y mantener los movimientos vitales de algunas especies;
  • medios a menudo insuficientes para una gestión adaptada de los territorios y su vigilancia.

Levantar estos obstáculos y trasmitir a las generaciones futuras una naturaleza protegida y bien gestionada es posible.

¿Qué acciones lleva a cabo Francia?

Una responsabilidad geopolítica particular

La situación geográfica de Francia, en Europa y en los territorios de ultramar, en la tierra y en el mar, le ha proporcionado un patrimonio natural extremadamente diversificado y le da una responsabilidad geopolítica particular frente a la crisis que vive la biodiversidad, tanto en su territorio como a nivel mundial.

Francia metropolitana ocupa el 1er puesto en Europa en diversidad de anfibios, aves y mamíferos, y alberga al 40 % de las especies de flora europeas y más del 50 % de los tipos de hábitat de interés comunitario (hábitat natural, terrestre o acuático, en peligro o con una zona de reparto reducida o que suponga un ejemplo excepcional de características propias de una o más de las nueve regiones biogeográficas y para el que se deba designar una Zona Especial de Conservación). El dominio marítimo francés, el 2º más grande del mundo, cubre 11 millones de km2. Francia tiene fronteras marítimas y terrestres con 35 países del mundo y varios espacios protegidos fronterizos participan en actividades de cooperación, lo que resulta en la creación progresiva de áreas protegidas transfronterizas. Las entidades territoriales francesas de Ultramar son representativas de 16 ecorregiones marinas que representan el 10 % de la superficie mundial de arrecifes y lagunas coralinos y el 20 % de los atolones del planeta. De los 34 puntos calientes de biodiversidad identificados en todo el mundo (un «punto caliente» o hot spot de biodiversidad es una zona geográfica que contiene como mínimo 1.500 especies vegetales endémicas pero que ya ha perdido por lo menos el 70 % de las especies presentes en su estado original. La superficie total de los puntos calientes solo representa el 2,3 % de la superficie de la Tierra. En la actualidad, 34 zonas son «puntos calientes». Más del 50 % de las especies vegetales y el 42 % de las especies de vertebrados terrestres viven en estos puntos calientes), 5 puntos calientes terrestres y 2 marinos se encuentran en Francia.

La acción de Francia en su territorio

A partir de 2004, y en relación con sus compromisos en virtud del Convenio sobre la Diversidad Biológica, Francia ha marcado su voluntad de incorporar la biodiversidad a todas las políticas públicas, lanzando la Estrategia Nacional para la Biodiversidad (SNB), que se renovó en 2011 para tener en cuenta los nuevos objetivos adoptados a nivel internacional en 2010 (Plan Estratégico 2011-2020 - Metas de Aichi).

La estrategia francesa 2011-2020 pretende provocar un compromiso mayor de todos los intervinientes, a todos los niveles territoriales, en Europa y en ultramar, para alcanzar los objetivos adoptados. Se fija la ambición común de conservar y restaurar, reforzar y valorizar la biodiversidad y garantizar un uso sostenible y justo. En esta óptica, se ha llevado al Parlamento un proyecto de ley para reconquistar la biodiversidad, la naturaleza y los paisajes. El 24 de marzo de 2015, la Asamblea Nacional lo aprobó en primera lectura; se debatirá en el Senado en el primer semestre de 2016. Pretende mitigar el impacto de la actividad humana en la biodiversidad para alcanzar el objetivo de «vivir en armonía con la naturaleza» que plantea el Convenio sobre la Diversidad Biológica.

Francia ha desarrollado numerosas herramientas de protección de espacios naturales, cuya creación y gestión dependen de distintos niveles administrativos. Esta diversidad supone una baza porque permite adaptar las herramientas a los contextos locales y a los distintos objetivos de conservación.

Con la creación de la estrategia de creación de áreas protegidas y de áreas marinas protegidas, Francia ha conseguido dar a un 20 % de sus espacios terrestres y a un 16 % de sus espacios marinos un estatus de protección. En 2015, las áreas protegidas terrestres representan el 28,64 % de los territorios de ultramar y el 1,35 % del territorio francés europeo. En la actualidad, el 16,52 % del espacio marino francés está protegido.

De forma paralela, Francia ha desarrollado todo un sector profesional al servicio de su política de conservación de espacios protegidos: el sector de la ingeniería ecológica, al que pertenece la restauración de cursos de agua, el mantenimiento de espacios naturales o la preservación de la biodiversidad en proyectos de ordenación.

La actuación de Francia en el extranjero

Francia ha firmado los principales acuerdos globales sobre conservación:
de la biodiversidad (Convenio sobre la Diversidad Biológica), de ecosistemas específicos (Convención de Ramsar sobre los Humedales), de especies (Convención sobre el comercio internacional de especies de fauna y flora (CITES), Convenio ballenero internacional, Convención sobre las especies migratorias).

Por su presencia territorial en varios mares y continentes, es parte de numerosos acuerdos regionales de protección de la biodiversidad terrestre (Convenio de Berna, Convenio de los Alpes) y marina (Convenio sobre los mares regionales).

Francia participa también en programas multilaterales para la protección del patrimonio natural, como por ejemplo la Iniciativa Internacional sobre Arrecifes Coralinos (ICRI) y participa en las principales redes europeas de administradores de áreas protegidas.

Francia dedica un importe cada vez mayor de su ayuda oficial al desarrollo en el extranjero a la biodiversidad (véase la página del Observatorio Nacional de Biodiversidad). La Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) y el Fondo Francés para el Medio Ambiente Mundial (FFEM) constituyen sus dos pilares: financian una gran variedad de proyectos (creación y apoyo a una gestión efectiva y eficaz de áreas protegidas, inclusión del capital natural en la gestión de los territorios y el desarrollo local o la gestión de espacios de pastoreo, apoyo a la sostenibilidad de los modos de explotación de bosques o de mares, fomento de sectores relacionados con los productos naturales).

Reforzar a la sociedad civil africana en cuestiones medioambientales es un objetivo que se ha fijado Francia apoyando varios programas de refuerzo de sus capacidades, entre otros con la financiación del Programa Pequeñas Iniciativas del FFEM que existe desde 2005 o con la participación en el Fondo de Alianzas para Ecosistemas Críticos (CEPF) desde 2007.

Desde 2005, Francia coopera con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la mayor organización mundial de conservación de la naturaleza. Gracias a esta cooperación única, Francia y la UICN quieren responder a la crisis de la biodiversidad mundial y actuar juntos por la naturaleza y el desarrollo.

Los ejes principales de esta cooperación son los siguientes:

  • responder a la crisis actual de la naturaleza en el continente africano (véase el Programa Áreas Protegidas de África y Conservación)
  • garantizar una mejor protección de los océanos, las islas y los territorios de ultramar
  • aportar nuevos conocimientos científicos
  • mejorar la gobernanza mundial de los recursos naturales.

Actualización : 08.02.16