La acción de Francia en el contexto del G7
Objetivos
El G7, que se reunió por primera vez en 1975 por iniciativa de Francia para hacer frente a la primera crisis del petróleo (Cumbre de Rambouillet), es un grupo informal de países económicamente adelantados que se reúne una vez al año en una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno. Desempeña fundamentalmente un papel de orientación e impulsión política y se basa en valores compartidos: promoción de la democracia, respeto de los derechos humanos, economía de mercado libre e inclusiva, respeto del derecho internacional.
Cuando una actuación conjunta puede aportar un valor añadido, los miembros del G7 se esfuerzan en identificar juntos las medidas que deben tomarse en relación a las grandes cuestiones sobre retos políticos de seguridad, gobernanza de la globalización y gestión de los bienes públicos mundiales. El G7 no es una institución internacional. No toma medidas de obligatorio cumplimiento sino que fija objetivos y estándares comunes.
Durante las cuatro últimas décadas, el G7/G8 ha sido el principal foro de orientación e impulsión internacional y ello en ámbitos cada vez más amplios: economía ya desde su formación, paz y seguridad, lucha contra el terrorismo, desarrollo, salud, medioambiente y cambio climático. Así es como ha posibilitado la creación de un marco colectivo de regulación de la globalización.
Su valor añadido reside en su eficacia, basada en su carácter directo e informal, la colaboración como tradición y la voluntad que tienen todos sus miembros de asumir sus responsabilidades. Por otra parte, les permite preparar los debates que se mantendrán después en instancias más amplias, en especial el G20, o en el sistema de las Naciones Unidas.
Para alimentar su labor, el G7 se apoya en intercambios con terceros países, especialmente con países en vías de desarrollo, con representantes de la sociedad civil y con las organizaciones internacionales pertinentes. Por otra parte, desde 2010, los compromisos que se toman en el ámbito del desarrollo se someten anualmente a un ejercicio de rendición de cuentas.
Miembros
Son miembros del G8 Francia, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Japón, Italia y Canadá. Cuando se creó en 1975 se componía de seis miembros, en 1976 pasaron a ser siete con la entrada de Canadá y el grupo se convirtió en G8 cuando se fue incluyendo a Rusia a partir de 1998. En marzo de 2014, en el contexto de la crisis entre Rusia y Ucrania, los miembros del G7 decidieron suspender la labor del G8, entonces presidido por Rusia. La cumbre de Bruselas (4 y 5 de junio de 2014) confirmó la reanudación de toda la labor del G8 en formato G7. La Unión Europea (a la sazón, CEE) está asociada desde 1977. Entre 1975 y el año 2000, los países del G7 pasaron de representar el 70 % a representar el 55 % del PIB mundial. Concentran alrededor del 10 % de la población mundial y el 65 % del comercio internacional.
Presidencia
El G7 lo presiden los miembros por turnos, del 1 de enero al 31 de diciembre, en el siguiente orden: Francia, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Japón, Italia y Canadá. La Unión Europea también participa en el G7. El presidente del Consejo Europeo y el presidente de la Comisión Europea son sus representantes en la cumbre.
El país que asume la presidencia se encarga de organizar y acoger la cumbre, y la prepara convocando reuniones previas de ministros, de altos funcionarios y de expertos. La presidencia también se encarga de la comunicación en nombre del G7 y de las relaciones con los países no miembros del G7, las organizaciones internacionales, las ONG y la sociedad civil en general.
Francia presidió el G8 por sexta vez en 2011 (Cumbre de Deauville). Previamente, acogió las cumbres de Rambouillet en 1975, Versalles en 1982, París en 1989, Lyon en 1996 y Evian en 2003. La próxima presidencia francesa del G7 toca en 2019.
En 2016, la presidencia del G7 la asumió Japón. La cumbre de jefes de Estado y de Gobierno se celebró en Ise-Shima (centro de Japón) los días 26 y 27 de mayo de 2016.
Reuniones ministeriales
La presidencia también organiza reuniones ministeriales que sirven para preparar la cumbre. Tienen un orden del día propio y concluyen con comunicados que se publican.
Los ministros de Asuntos Exteriores se reúnen una vez antes de la cumbre y una segunda vez en septiembre, en Nueva York, con ocasión de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU), para debatir sobre las cuestiones de política exterior y seguridad.
Actualización : 15.06.16