¿Cuáles serán las orientaciones de la arqueología francesa en el extranjero en 2017?

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Cada año se lleva a cabo un análisis de los proyectos de las misiones por parte de la Comisión de Excavaciones que desemboca en una reflexión en profundidad sobre los ejes directores de la investigación arqueológica francesa en el exterior. ¿Qué grandes líneas se han seleccionado para este ejercicio, de entre la calidad científica, el interés estratégico, la adaptación a los problemas de la investigación y a las especificidades del terreno?

Continuar acompañando a nuestros proyectos más destacados

El ministerio se compromete a largo plazo. Algunos programas suponen inversiones a largo plazo, pero se estudia periódicamente su pertinencia para determinar si deben seguir adelante. Así, la misión de Petra, una de las más emblemáticas de las misiones que cuentan con el apoyo de Francia, sigue adelante este año con un programa ambicioso de estudio arquitectónico sobre el templo de Qasr al-Bint que permitirá reconstruir la fachada. Lo mismo sucede en Angkor, donde se prorrogarán las excavaciones iniciadas hace más de 20 años mediante un programa innovador de arqueometalurgia.

El ministerio francés de Asuntos Exteriores y Desarrollo Internacional (MAEDI), en coordinación con las instituciones asociadas, acompaña a las misiones en su evolución, adaptándose a la exploración de nuevos terrenos y de nuevos desafíos. Este año, por ejemplo, se redirigirá hacia el archipiélago de las islas Vanuatu un proyecto llevado a cabo hasta ahora en las islas de Tonga. En México, el proyecto Uacúsecha es uno de los programas más avanzados en la actualidad. Este proyecto, centrado en el estudio del desarrollo en el siglo XIII del reino de los tarascos, un gran Estado de América central antes de la conquista española, evolucionará este año hacia un enfoque más regional.

Las misiones arqueológicas francesas, que van más allá de meros programas de investigación destinados únicamente al mundo académico, son proyectos de gran envergadura que despiertan el interés de un público muy amplio. Este año, varias misiones apoyadas por el MAEDI han sido protagonistas de documentales (en México, en Namibia, etc.) o de exposiciones en museos locales o franceses (misiones de Chipre y de Sudán, etc.). La misión Apollonia du Pont, en Bulgaria, ha participado en 2016 en varias exposiciones nacionales y se espera que forme parte de exposiciones en el British Museum y en el Museo del Hermitage. Está previsto abrir al público posteriormente el recinto de esta antigua ciudad portuaria que fue una colonia griega en la Antigüedad.

Fomentar programas prometedores

La utilización de métodos innovadores es un criterio esencial para evaluar la calidad de las misiones. En Albania, por ejemplo, la misión de Komani ha sido prorrogada durante cuatro años y se encuentra en un punto decisivo de su desarrollo. Dos de los yacimientos de esta misión, situados en una zona montañosa cubierta de bosque, serán estudiados este año por LIDAR (teledetección láser), lo que arrojará datos esenciales para su posterior desarrollo. Permitirá entender mejor la organización de las sociedades medievales en los Balcanes del Mediterráneo.

Entre los nuevos proyectos, algunos estudian yacimientos inéditos para los investigadores franceses. La misión de Ma’Moudieh estudia así un conjunto monástico del siglo VI en la región de Hebrón (Territorios Palestinos), en el marco de una investigación sobre el peregrinaje a Oriente Próximo antes de la formación del imperio bizantino. Este recinto nunca ha sido estudiado por ninguna misión arqueológica francesa hasta ahora. Zimbabue, un país destacado en el sur de África en cuestión de reservas arqueológicas, recibirá por primera vez una misión arqueológica francesa.

Consolidar la estructura de la red francesa en el extranjero

Gracias a la presencia histórica de la arqueología francesa en el extranjero, los equipos de investigación cuentan con un capital único en cuestión de archivos, de colecciones y de redes humanas sobre el terreno. El ministerio fomenta continuamente estas conexiones, tanto científicas como diplomáticas. La misión de Amatunte, en Chipre, tiene como objetivo continuar con su programa de investigación desarrollando nuevos métodos, como un sistema de información geográfica (SIG), pero también valorizar las excavaciones anteriores de la misión, que se abrió hace más de 40 años. Gracias a esta importante red, el ministerio tiende puentes entre las misiones, lo que permite comparar periódicamente resultados que enriquecen continuamente los patrones de interpretación del pasado.

Las misiones arqueológicas de 2017 mantienen su papel pionero en cuestión de relaciones bilaterales. Se han valorizado especialmente los proyectos basados en una fuerte dinámica de cooperación, ya sea por el contacto con las instituciones locales o directamente con las comunidades sobre el terreno. En la otra punta del mundo, una de las misiones francesas permite, por ejemplo, crear unos vínculos inéditos con los miembros de la comunidad inupiaq que habitan el litoral norte y noroeste de Alaska para remontar los orígenes de esta cultura.

Por último, a pesar de unas condiciones de seguridad comprometidas, se mantienen los esfuerzos en zonas de riesgo. Oriente Próximo y Oriente Medio son la cuna de la arqueología francesa, ya que esta última se desarrolló en Mesopotamia a partir del siglo XIX. Por lo tanto se han renovado las medidas de conservación en las misiones más amenazadas, en especial en Irak, Siria y Libia. Pero también se renueva esta tradición investigadora mediante nuevos programas llevados a cabo en el Kurdistán iraquí. Si las condiciones de seguridad lo permiten, se abrirá una nueva misión en el yacimiento de al-Quseir, en la región de Nayaf, para estudiar los fenómenos sucesivos de desarrollo del cristianismo en el imperio sasánida y de islamización.

Actualización: 20/01/2017