«Por una diplomacia feminista» - Tribuna conjunta de Jean-Yves Le Drian y Marlène Schiappa (8 de marzo de 2019)

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Francia lidera desde hace un año una nueva dinámica: una verdadera diplomacia feminista. Una diplomacia feminista que no deja ningún tema fuera.

Una diplomacia a favor de la lucha contra la violencia sexual y de género. Una diplomacia por la educación de niñas, mujeres, niños y hombres en todo el mundo. Una diplomacia para la emancipación económica de las mujeres en el mundo y, en especial, en África. Una diplomacia concreta que no se limita a los discursos sino que actúa y genera resultados para apoyar a las mujeres, a todas las mujeres.

¿Qué está haciendo Francia para dar vida a esta diplomacia feminista? La respuesta es: dedicando medios. El presidente de la República ha creado una dotación financiera en forma de donaciones a fin de llevar adelante a nivel internacional la gran causa de sus cinco años de mandato: la igualdad entre hombres y mujeres. Dicha dotación, cifrada en 120 millones de euros, será gestionada a partir de 2019 por la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) con el objetivo de ayudar a los movimientos feministas y las ONG, especialmente en el Sur, a liderar en todo el mundo la lucha por la igualdad, los derechos y la dignidad de las niñas y las mujeres.

En 2018, más de la mitad de los proyectos financiados por la AFD en el mundo integraban un componente centrado en la igualdad entre hombres y mujeres, lo que demuestra el firme compromiso de Francia en este asunto. A partir de ahora, es cuestión de avanzar aún más, en consonancia con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. En esa línea, el gobierno francés ha fijado para la AFD el objetivo de alcanzar de aquí a 2022 700 millones de euros anuales para financiar proyectos cuyo objetivo principal sea la reducción de las desigualdades de género. En 2018, Francia fue proclamada campeona absoluta de la iniciativa «She decides» para los derechos y la salud sexual y reproductiva de niñas y mujeres.

Luchamos para erradicar la violencia sexual y de género. Para ello, el presidente de la República ha propuesto universalizar el Convenio de Estambul sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica. Este convenio del Consejo de Europa es fundamental, pero la realidad es bien distinta: numerosos Estados aún no lo han ratificado, entre ellos, algunos de nuestros socios europeos. Esta situación debe cambiar y Francia está llevando una campaña activa en ese sentido.

En la práctica, dar vida a esta diplomacia feminista es trabajar para mejorar el acceso a la educación en todo el mundo, tanto de las chicas como de los chicos jóvenes. Con este fin y a iniciativa de Francia, el próximo 5 de julio se celebrará en París una conferencia sobre la educación de las niñas en África, vinculada a la Alianza Sahel. Dar vida a esta diplomacia es también trabajar por la emancipación económica de las mujeres, especialmente en África. Para lograr este objetivo, el presidente de la República ha anunciado la creación de un instrumento financiero para el emprendimiento de las mujeres, favorecedor de la igualdad profesional y salarial entre hombres y mujeres.

En las próximas semanas, en el marco de la presidencia del G7 en 2019, Francia se pondrá al frente de una alianza única: la Alianza de Biarritz para la igualdad entre hombres y mujeres. Expertas del Consejo Consultivo para la igualdad entre hombres y mujeres del G7 trabajan actualmente en la creación de un compendio legislativo que incluya las «leyes más favorables» para las mujeres en todo el mundo.

En mayo tendrá lugar en París una reunión de los ministros de Igualdad entre hombres y mujeres del G7. El compendio de leyes será presentado y refrendado por los ministros en ese encuentro. Estos adoptarán además una primera declaración de compromiso, el de implantar en los próximos años al menos una de las leyes contenidas en el compendio.

El compromiso para legislar es necesario pero no será suficiente. Las leyes existen para surtir efecto. Por ello, el presidente de la República ha anunciado la creación de un mecanismo de seguimiento de los compromisos de la Alianza, en cooperación con los organismos internacionales competentes. La consigna es clara: ¡acción!

Nuestra eficacia para impulsar estas acciones será mayor si podemos apoyarnos en una paridad real en los puestos de responsabilidad de la diplomacia francesa. Así, en los últimos cinco años se ha duplicado el número de mujeres embajadoras: actualmente, Francia está representada en el extranjero por 52 embajadoras. Las acciones del Ministerio para Europa y de Asuntos Exteriores en favor de la igualdad profesional han sido reconocidas desde 2017 por el sello de la AFNOR relativo a la igualdad profesional entre hombres y mujeres. Además, se ha creado dentro del ministerio una célula de apoyo a las víctimas de acoso sexual que ha permitido a estas expresarse con libertad y recibir atención.
Dar vida a esta diplomacia feminista en todo el mundo es abanderar en todas partes y de forma permanente la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres. Es el objetivo del presidente de la República. Es el objetivo de Francia. De hecho, este viernes 8 de marzo, el presidente entrega el premio Simone Veil de la República Francesa, que recompensa los esfuerzos en favor de los derechos de las mujeres en el mundo.

En todas las instancias multilaterales, Francia representa la diplomacia de los derechos de las mujeres y los derechos humanos. En la ONU, el presidente de la República ha denunciado por primera vez el feminicidio, utilizando para ello ese término.

Francia está de vuelta. Francia ha vuelto para sí misma: la igualdad entre hombres y mujeres es la gran causa del mandato presidencial. Pero también ha vuelto para el mundo: la igualdad entre hombres y mujeres debe convertirse a partir de ahora en una gran causa mundial. Francia ha vuelto y, con ella, el feminismo. Estemos a la altura del compromiso del presidente de la República para trabajar en beneficio de todas las niñas y las mujeres en cualquier lugar del mundo. Juntos.

Texto publicado en el diario Libération, 8 de marzo de 2019