Historia y edificios emblemáticos

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Los reyes de Francia siempre tuvieron una política extranjera, pero al principio la conducían solos, en un trato directo con los otros soberanos. Tenían consejeros diplomáticos, como Commynes bajo el reinado de Luis XI. Enviaban embajadas, temporales y luego permanentes; pero todo esto no constituye un ministerio, un conjunto de servicios disponibles a discreción.
Para ayudarle, el rey sólo tenía a los "notarios secretarios del rey", que en el siglo XV se convirtieron en "secretarios de Estado". A fines del siglo, son cuatro los secretarios de Estado quienes comparten la correspondencia con la provincia y el extranjero.

Un secretario de Estado y diversos funcionarios

El 1 de enero de 1589, un nuevo reglamento atribuye el "departamento" de los extranjeros exclusivamente a uno de estos secretarios de Estado, Louis de Revol. Es el primer titular del ministerio. Iba a ver al rey cada día a las 5 de la mañana. El ministro de Asuntos Exteriores estaba estrechamente relacionado con el jefe del Estado, y cuando en el siglo XVIII el poder se concentra en un"consejo estrecho",cuyos miembros llevan el título de ministros de Estado, el secretario de Estado de Asuntos Exteriores sigue formando parte de él. Para ayudarle, Revol disponía de un "commis" (funcionario) y de seis auxiliares.

Sólo en 1626 se crea una secretaría de Estado que Croissy, hermano de Colbert, y su hijo Torcy, articularán a fines del siglo en dos oficinas de competencia geográfica, y luego en tres. En 1709, Torcy crea el Depósito de archivos. Luego aparecen los intérpretes, el jurisconsulto, la oficina de los fondos. La víspera de la Revolución, hay 39 funcionarios en los Asuntos Exteriores. Estos burócratas tienen una carrera lenta y modesta y nunca van al extranjero.

Embajadores nobles o magistrados

Al principio, las embajadas solían estar dirigidas por prelados, lo que reflejaba el lugar ocupado por los asuntos eclesiásticos. Con el pasar del tiempo, la función se vuelve laica. En ella encontramos a grandes señores bastante ricos y desinteresados como para arruinarse en puestos diplomáticos de prestigio, como Londres y Viena. Pero también son numerosos los magistrados que se especializan en los Asuntos Exteriores y llegan a ser grandes diplomáticos profesionales, como los Courtin o los Avaux. Todos estos embajadores poseen una numerosa "suite" formada por muchos cocineros y escuderos (pero por pocos secretarios), quienes eran pagados con el dinero personal de su jefe hasta mediados del siglo XVIII.

Carrera diplomática

Se ha hablado tanto de ella que cuando se dice "carrera" sin calificativo, se trata en francés de la carrera diplomática.

Hacia una organización de la carrera y del ministerio

La Revolución no dispondrá del tiempo necesario para cambiar esta organización. Napoleón decide contratar diplomáticos entre los auditores del Consejo de Estado. Talleyrand organiza una carrera en que subsiste la separación entre el interior y el extranjero. La Restauración da al ministerio una fuerte estructura donde ya se percibe la fluctuación entre criterio geográfico y criterio funcional. En 1853, el ministerio se muda al Quai d’Orsay.

Como todas las viejas administraciones, el Quai d’Orsay tiene sus tradiciones: la disponibilidad permanente y el sentido de continuidad del Estado forman parte de ellas.