Francia es un Estado laico. ¿Qué significa?

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Francia es un Estado laico. ¿Qué significa? ¿De dónde viene este concepto?

La laicidad es un resultado de la separación entre el Estado y las religiones. El Estado es neutro desde un punto de vista religioso y se prohíbe cualquier injerencia en la vida de las distintas religiones presentes en Francia. De forma recíproca, la pertenencia a alguna religión de los funcionarios o de los usuarios no puede interferir en el funcionamiento de los servicios públicos.

Con todo, la laicidad no supone negar las religiones. No se trata de una opción espiritual específica sino de la condición para que existan todas las opciones. Por lo tanto, es un principio relacionado con la libertad. También permite el respeto de las elecciones personales más íntimas en una sociedad abierta.

La laicidad, que es un principio fundador de la República Francesa, inscrito en el artículo 1 de la Constitución, conlleva una triple dimensión:

1) La neutralidad de los poderes públicos con respecto a todas las opiniones y creencias

La neutralidad del Estado se traduce en la separación entre las iglesias y el Estado y en la neutralidad de los servicios públicos.

  • La separación entre las iglesias y el Estado significa que la República Francesa no reconoce, no paga salarios ni subvenciona ningún culto. El Estado no tiene ninguna confesión religiosa, las iglesias se administran libremente. Todas las iglesias son iguales en derecho. Las iglesias no deben intervenir en la organización ni en el funcionamiento de las instituciones del país. Las asociaciones destinadas a ejercer un culto no pueden recibir, por tanto, ninguna subvención pública, salvo en algunas excepciones.
  • La neutralidad de los servicios públicos implica que no se pueden llevar a cabo de forma diferenciada en función de las convicciones religiosas de los usuarios. El Estado que deje creer a los usuarios del servicio público que establece distinciones, o incluso preferencias, en función de las opiniones religiosas, deja de ser neutro. Ello tiene consecuencias importantes para los empleados públicos. Por ejemplo, los empleados públicos no pueden, mientras ejercen sus funciones, llevar un símbolo o una vestimenta que sea una marca de pertenencia o de alguna creencia en particular.

2) La libertad de culto

El artículo 1 de la ley de 9 de diciembre de 1905 estipula que «la República [Francesa] garantizará la libertad de conciencia. Garantizará el libre ejercicio de los cultos con las únicas restricciones dictadas a continuación en interés del orden público». Esto implica que se protegen numerosas libertades fundamentales, como la libertad de expresión, la libertad de reunión, la libertad de manifestación pública, la libertad de asociación, la libertad de culto, el libre uso de locales adaptados.

3) El pluralismo

Todas las religiones tienen derecho a la libertad de expresión. El Estado no tiene preferencia por ninguna de ellas. La laicidad implica que los poderes públicos conceden la misma atención a las distintas religiones.

¿La laicidad no contradice los principios de libertad y de igualdad de los que está tan orgullosa la República Francesa?

Al contrario, la laicidad contribuye a dar vitalidad a los valores de la República Francesa:

  • libertad – la ley de separación entre iglesias y Estado es ante todo una ley sobre libertad: al afirmar que ni la religión ni el Estado influirán en el otro, la laicidad deja a cada persona la libertad de creer o no creer;
  • igualdad – al estar por encima de los individuos, el Estado laico es un Estado imparcial, que no privilegia a nadie; la laicidad contribuye a la igualdad de los ciudadanos ante la ley;
  • fraternidad – la laicidad impone el respeto del otro, de sus elecciones, de sus creencias, al tiempo que recuerda que todo el mundo debe encontrarse en un mismo ideal de ciudadanía que implica el respeto de las leyes comunes.

¿Qué dicen realmente las leyes francesas sobre el velo?

En Francia, llevar símbolos religiosos forma parte de la libertad de religión. En principio, se pueden llevar libremente en los lugares públicos y en los servicios públicos, con algunas reservas (sanidad, seguridad, buen funcionamiento del servicio, etc.). Solo dos leyes regulan el uso de símbolos religiosos para los ciudadanos y usuarios de los servicios públicos:

1) La ley de 15 de marzo de 2004 sobre la escuela

La escuela es un lugar que recibe a personas vulnerables cuyo libre arbitrio debe ser reafirmado. Para preservar la escuela pública de las reivindicaciones relacionadas con la identidad y con la pertenencia a una comunidad, la ley de 15 de marzo de 2004 prohíbe los símbolos o atuendos que llevarían a identificar inmediatamente las creencias religiosas. Es el caso, por ejemplo, del velo islámico, de la kipá, de una cruz de grandes dimensiones o de un turbante sij. Pero los símbolos religiosos discretos están permitidos.

La ley de 15 de marzo de 2004 no afecta a las escuelas privadas: los alumnos pueden llevar símbolos religiosos visibles en estos recintos. Es el caso, por ejemplo, de los centros privados musulmanes en Francia.

2) La ley de 11 de octubre de 2010 sobre ocultación del rostro en el espacio público

La ley de 11 de octubre de 2010 prohíbe ocultar el rostro en el espacio público y en los servicios públicos, salvo en lugares de culto abiertos al público. Las vestimentas que cubren el rostro son aquellas que impiden identificar a una persona: pasamontañas, velos que oculten el rostro, máscaras o cualquier otro accesorio o prenda que oculte el rostro (como por ejemplo el burka o el nikab). Esta prohibición no afecta a velos utilizados para cubrir la cabeza o colocada sobre el pelo (como por ejemplo el hiyab).

¿A qué obedece esta prohibición?

  • Cualquier ciudadano, en la sociedad francesa, debe poder ser identificado en caso de que sea necesario para evitar, por ejemplo, que se produzcan comportamientos delictivos. Por ello, la prohibición del velo integral está justificada por consideraciones de orden público;
  • Ocultarse el rostro equivale a situarse en una situación de exclusión incompatible con los principios de libertad, de igualdad entre hombres y mujeres y de dignidad humana tal y como los concibe la República Francesa.

Práctica del culto musulmán en Francia: ¿qué está prohibido, qué está autorizado por las leyes francesas?

  • Prohibiciones alimentarias

Los ciudadanos son libres de comer lo que quieran. El Estado no interviene en la certificación de los alimentos halal o kosher. Considera que la matanza ritual forma parte de la libertad de culto.

En cuanto a los servicios de comidas en comedores, es posible ofrecer una comida que respete preceptos religiosos o preferencias alimentarias, pero ni es un derecho para el usuario ni una obligación para el comedor.

  • Ritos funerarios

Los cementerios son lugares públicos civiles neutros. En ellos está prohibido, en los espacios comunes, cualquier símbolo de las distintas confesiones. Solo pueden aparecer símbolos pertenecientes a la religión del difunto en su tumba.

El alcalde puede reunir las sepulturas de las personas de una misma confesión y autorizar que se orienten hacia una dirección en particular. Estos «agrupamientos religiosos» se desarrollan de forma positiva (entre 300 y 400 para los fieles musulmanes).

Los preceptos islámicos por los cuales el cuerpo debe descansar en la misma tierra no son compatibles con las normas francesas de seguridad sanitaria. En la práctica, se acepta el entierro en un ataúd de madera. La normativa francesa sobre inhumaciones exige que se realicen previamente unos trámites administrativos, lo que hace que sea imposible enterrar el cuerpo en el mismo día. Los cementerios privados o religiosos están prohibidos.

  • Circuncisión

La circuncisión ritual es una práctica religiosa aceptada en Francia.

  • Días festivos

Los días festivos legales están fijados en la legislación laboral. La existencia de días festivos de origen cristiano es una herencia de la historia de Francia. Existen disposiciones en el derecho francés que permiten conceder autorizaciones para ausentarse para las ocasiones solemnes de cada religión (como por ejemplo el Aid). El empresario solo podrá rechazar este permiso en caso de que se altere la organización del trabajo o por necesidades de la empresa.

  • Práctica del ramadán

La práctica del ayuno no está regulada. Se trata de un elemento que pertenece a la libertad de religión.

  • Práctica de los cinco rezos diarios

Esta práctica no está sometida a ninguna norma general en Francia. En cambio, en el mundo profesional, solo es posible si no afecta a la buena marcha de la empresa. En el servicio público, se aplica el principio de neutralidad y los funcionarios no pueden manifestar sus creencias religiosas durante el ejercicio de sus funciones.

  • Rezos en el espacio público

Los rezos en la calle y, de forma más general, en el espacio público suponen una reunión en la vía pública sometida a las mismas normas que una manifestación. El rezo en la calle no se puede prohibir en nombre de la laicidad sino porque conlleva un uso repetido del espacio público, con alteraciones materiales del orden público o suponen un obstáculo para la circulación.

El artículo 1 del decreto ley de 23 de octubre de 1935 estipula que en principio «deben ser objeto de una declaración previa todos los cortejos, desfiles y reuniones de personas y, de forma general, todas las manifestaciones en la vía pública». Sin embargo, las procesiones o cortejos tradicionales, que corresponden a «costumbres locales», están exentos de este trámite.

Las autoridades administrativas encargadas de mantener el orden público están obligadas a oponerse a las reuniones y manifestaciones inusuales que puedan suponer una amenaza para este, como es el caso de los rezos en la vía pública, que afectan al tráfico y plantean problemas de seguridad y de tranquilidad pública.

  • Lugares de culto

El marco jurídico francés permite a los poderes públicos conceder ayudas indirectas para la construcción o el mantenimiento de lugares de culto. En efecto, se considera que no hay libertad de culto efectiva sin edificios de culto dignos. En lo que respecta a los lugares de culto musulmanes, en 1999 existían algo más de un millar de mezquitas, la mayoría de las cuales eran pequeñas salas de oración. En la actualidad, la mayoría de las ciudades en las que hay una gran presencia musulmana se han comprometido a acompañar la instalación de un lugar de culto (existen casi 200 proyectos de este tipo). A día de hoy, el número de mezquitas en Francia continental asciende a unas 2.500, la mayoría de las cuales son edificios de tamaño medio.

¿Qué medidas se toman a favor de la organización del culto musulmán?

Desde hace tiempo, los poderes públicos han apoyado la creación de instituciones representativas de las comunidades religiosas que permitan un diálogo cotidiano con las administraciones y con los representantes políticos. Es el caso, por ejemplo, del Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia, del Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM), de la Federación Protestante o de la Unión Budista de Francia.

¿Cómo actúa Francia contra los actos antimusulmanes?

Francia lleva a cabo una política voluntarista para reprimir con fuerza y prevenir los atentados contra las personas y los bienes por motivos religiosos. Así, por una parte el código penal eleva, para numerosas infracciones, a circunstancia agravante el hecho de que la infracción se haya cometido por cuestiones raciales y religiosas. Por otra parte, el Estado financia dispositivos de seguridad en los lugares de culto, vigila dichos lugares de culto durante las fiestas religiosas principales, para que todo el mundo pueda practicar libremente su religión y para mantener la dignidad y la serenidad de los lugares de culto.

Actualización: 01/12/2015