Las minas antipersonal, una lucha que sigue librándose

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Cada dos horas, una persona en el mundo es víctima de las minas y los restos explosivos de guerra. Hay pueblos que se enfrentan a amenazas como artefactos explosivos improvisados, minas artesanales o restos explosivos de conflictos recientes. El Día Internacional de Información sobre el Peligro de las Minas brinda a Francia la oportunidad de reafirmar la importancia que atribuye a la lucha contra las minas antipersonal y demás restos explosivos de guerra.

Un mundo sin minas en 2025

Éste es el objetivo que se marcaron en 2014 los Estados partes en la Convención de Ottawa, adoptada en 1997 y por la que se prohíben las minas antipersonal, que completa la Convención de Oslo, adoptada en 2008 y por la que se prohíben las municiones en racimo. Francia lleva más de 20 años firmemente comprometida con la aplicación y la universalización de dichas convenciones. Además de su acción diplomática, Francia actúa para reducir el número de víctimas y, gracias a su saber hacer y su labor de asesoría y formación, acompaña a muchos países para que puedan declararse «libres de minas».

Las minas, un obstáculo para la reconstrucción

Las minas y los restos explosivos de guerra, debido al riesgo que entrañan, representan un verdadero obstáculo para el retorno de las personas vulnerables desplazadas y refugiadas, la estabilización y la reconstrucción de los países en los que se ha producido un conflicto. Este hecho es notable, en especial en las regiones en las que se ha luchado contra Dáesh durante varios años. Siria cuenta todavía hoy con unos 6 millones de desplazados internos, mientras que en Irak son más de 2,5 millones. Otros países también se ven afectados por el problema de las minas, por ejemplo Colombia, Libia, el Líbano, Palestina y varios países de África (Benín, Senegal, Mauritania, Guinea).

Un reto de primer orden para Francia

Francia lleva a cabo muchas acciones de información y desminado humanitario para permitir el retorno de las personas desplazadas y refugiadas más vulnerables. A título de ejemplo, en 2017, la actividad de la Misión de Estabilización del Centro de Gestión de Crisis y Apoyo (CDCS), en colaboración con ONG y organizaciones internacionales especializadas en desminado humanitario, permitió destruir más de mil minas y restos explosivos de guerra y el retorno de varios cientos de familias a sus pueblos en Irak y Siria.

Gracias a un saber hacer reconocido internacionalmente, el CDCS y la Dirección de Cooperación en Seguridad y Defensa (DCSD) también dan formaciones y participan en el refuerzo de las estructuras nacionales o regionales de coordinación de la lucha contra las minas. Entre otras cosas, da fe de ello el apoyo activo a los centros expertos y formativos de ámbito regional del Líbano y de Benín y la facilitación de cooperantes y expertos confirmados (protección civil, ejército, etc.).

Actualización : abril de 2018